Cúcuta

Creciente uso de menores por bandas criminales preocupa en Cúcuta

Expertos advierten sobre el aumento de adolescentes involucrados en delitos violentos y piden medidas preventivas y estructurales.

Carlos Muñoz, abogado y defensor de Derechos Humanos. / Foto: Cortesía.

Carlos Muñoz, abogado y defensor de Derechos Humanos. / Foto: Cortesía.

Cúcuta.

La instrumentalización de menores de edad por parte de estructuras criminales es una realidad cada vez más visible en la ciudad de Cúcuta y en otros municipios del departamento.

Aunque es un fenómeno que se ha venido gestando desde hace tiempo, recientes hechos violentos han encendido las alarmas, como el enfrentamiento entre tres adolescentes que dejó un joven muerto y dos más aprehendidos.

En entrevista con Caracol Radio, el abogado Carlos Muñoz, defensor de derechos humanos, hizo un análisis profundo sobre el contexto que rodea esta problemática.

“Todo lo que sucede con menores refleja el éxito o fracaso de nuestra sociedad. Cuando ya hablamos de delitos como homicidios o lesiones personales, estamos viendo una falla en el sistema educativo y de resocialización”, aseguró.

Para Muñoz, el país enfrenta un dilema: tratar a los adolescentes infractores como adultos o fortalecer los mecanismos preventivos y de intervención temprana.

También criticó el fracaso de iniciativas como Jóvenes en Paz y llamó la atención sobre la falta de atención integral a menores en condiciones de vulnerabilidad por pobreza, desplazamiento o entornos familiares conflictivos.

“Hay menores que no son habitantes de calle, pero viven en la calle todo el día. Y eso los vuelve blanco fácil para estructuras criminales que buscan mano de obra barata y desechable”, advirtió el abogado.

El experto insistió en que, aunque el panorama es desolador, no se puede asumir que la batalla está perdida.

Alertó sobre la manera en que las bandas criminales cotizan “al alza” el uso de menores por su facilidad para evadir penas más severas y ejecutar actos violentos con mayor impunidad.

“Esto recuerda al fenómeno del sicariato en los años 80 y 90. No se trata solo de desarticular bandas, sino de ofrecer alternativas reales de educación, cultura, deporte y acompañamiento psicosocial”, recalcó.

Según Muñoz, este fenómeno no puede analizarse de forma aislada. Debe entenderse como parte de una crisis de seguridad, pero también de una falla estructural del sistema de protección infantil, especialmente del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).

Finalmente, hizo un llamado a las autoridades locales y departamentales para que fortalezcan las redes de apoyo comunitario y las políticas públicas de prevención, desde la infancia hasta la adolescencia.

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