Ya son 42 los municipios que declararon la calamidad pública en Boyacá a causa del invierno
A la fecha, ya son más de 15.000 personas afectadas por las fuertes lluvias que se han registrado en las últimas semanas en diferentes regiones del departamento.

La ola invernal que golpea a Boyacá ya deja a más de 15.000 damnificados / Foto: Gestión del Riesgo de Boyacá
Tunja
La primera temporada de lluvias de 2025 ha golpeado con fuerza al departamento de Boyacá. Según las autoridades departamentales, ya son 42 los municipios que han declarado calamidad pública, ante la imposibilidad de atender por sí solos la emergencia que sigue creciendo día tras día.
“Esta primera temporada de lluvias ha sido especialmente crítica. Tenemos provincias muy golpeadas como Occidente, Ricaurte, Norte, Gutiérrez, Valderrama, Lengupá, Márquez y Valle de Tenza. En estos territorios ya se superó la capacidad de respuesta local y se requiere apoyo inmediato del Gobierno Nacional. En este momento tenemos 42 municipios con decreto de calamidad pública vigente, levantando por supuesto todos los censos de los sedantes, los damnificados, algunos afectados que tenemos y esperamos que con ello ya el Gobierno Nacional pueda fijar la mirada en el departamento para ayudas humanitarias, horas de maquinaria amarilla y las diferentes necesidades que tenemos en Boyacá”, afirmó Jaisson Carreño Calderón, director de la Unidad de Gestión del Riesgo de Boyacá.
Actualmente, más de 15.000 personas han resultado afectadas por deslizamientos, inundaciones y pérdidas materiales en diferentes zonas del departamento. El número se ha incrementado de forma significativa en comparación con la semana anterior, cuando se reportaban cerca de 8.000 personas damnificadas y solo 32 municipios con emergencia declarada.
“La situación sigue empeorando para algunos sectores del departamento, claramente no para todos, pero sí para algunos sectores, y pues en la cifra tenemos 15.000 personas con edad consolidado, afectados por la primera temporada de lluvias, 28 municipios pendientes todavía de atención en puntos críticos con maquinaria amarilla, que estamos haciendo un esfuerzo enorme allí para poder instalar varias maquinaria amarilla, y pues bueno, la situación sigue al alza, y pues en algunos sectores, insisto, sigue lloviendo”, agregó Carreño.
Uno de los frentes más complicados que ha dejado la ola invernal es el de la infraestructura vial. Las lluvias han afectado varios corredores viales importantes en el departamento, como la Transversal de Boyacá y la Transversal del Cusiana, donde se han registrado múltiples deslizamientos de tierra que han interrumpido la movilidad.
Pese que en la Transversal del Sisga se presentó un movimiento menor de tierra, este fue rápidamente atendido. Sin embargo, otras zonas como Páez y Miraflores siguen en estado crítico. La maquinaria amarilla ha tenido que ser trasladada de un punto a otro en medio de condiciones complejas, lo que ha dificultado la atención oportuna de las emergencias.
“Nosotros estamos en contacto permanente con el INVÍAS, que tiene a cargo pues la vía primaria de nuestra nación, para que rápidamente se rehabiliten, se establezcan las condiciones del servicio, que nos permita permanecer comunicados con los demás departamentos vecinos”, dijo el director de UGRB.
Por último, el director de la Unidad de Gestión del Riesgo en Boyacá señaló que ya se hizo un acercamiento con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo donde se le solicitó apoyo logístico y humanitario para mitigar la situación.
“Ya estamos en conversaciones con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo. Se están elevando las solicitudes formales para ayudas humanitarias, subsidios de arriendo y, sobre todo, más horas de maquinaria amarilla. Ellos nos dicen que tienen dificultades económicas, pero el departamento está aún más limitado y los municipios no tienen capacidad de respuesta. Necesitamos una solución pronta”, aseguró Jaisson Carreño.
Las autoridades departamentales insisten en que es necesario que el Gobierno Nacional fije su mirada en Boyacá y actúe de manera urgente para evitar que la emergencia se agrave aún más y los damnificados sigan aumentando.



