Ciencia y medio ambiente

¿El aceite de oliva alarga la vida? Esto se sabe, según estudio divulgado por Harvard

Le contamos sobre los hallazgos y consideraciones más importantes alrededor de este ingrediente.

Persona cocinando con aceite de oliva extra virgen (Getty Images)

Persona cocinando con aceite de oliva extra virgen (Getty Images)

En principio, es importante resaltar que el descubrimiento central de la investigación ‘Consumption of Olive Oil and Risk of Total and Cause-Specific Mortality Among U.S. Adults’, liderado por expertos del ‘Nurses’ Health Study’ y el ‘Health Professionals Follow-up Study’ en Estados Unidos, fue que un mayor consumo de aceite de oliva se asocia con una reducción significativa en el riesgo de mortalidad total y por causas específicas.

En un seguimiento de 28 años a 92.383 participantes, se encontró que quienes consumían más de 7 gramos diarios de aceite de oliva tenían un 19% menos de riesgo de muerte prematura, con reducciones específicas del 19% en muertes cardiovasculares, 17% por cáncer, 29% por enfermedades neurodegenerativas y 18% por enfermedades respiratorias.

Aunque los investigadores, como Marta Guasch-Ferré de Harvard, ajustaron por múltiples variables dietéticas y socioeconómicas el resultado, no puede descartarse completamente que el consumo elevado de aceite de oliva refleje en realidad un estilo de vida más saludable.

Adicionalmente, el estudio, publicado divulgado por ‘Harvard Health Publishing’, respalda las recomendaciones de sustituir grasas saturadas por aceite de oliva, incluso en cantidades menores a las tradicionales, con efectos beneficiosos comprobados para la salud y la longevidad.

Beneficios del aceite de oliva sin necesidad de seguir la dieta mediterránea

Estos nuevos hallazgos representan un avance relevante en la comprensión del rol del aceite de oliva dentro de patrones alimentarios saludables, especialmente en contextos como el estadounidense.

Lo innovador del estudio es demostrar que incluso una ingesta moderada, más de 7 gramos diarios, puede ofrecer beneficios concretos para la salud y la longevidad, sin necesidad de adoptar completamente una dieta mediterránea.

Cabe destacar que la dieta mediterránea es rica en aceite de oliva, vegetales y pescado, por lo que contrasta con la dieta occidental, alta en grasas saturadas y procesados.

El estudio trae a la discusión la dieta mediterránea para mostrar que, aunque en Estados Unidos se consume menos aceite de oliva, incluso cantidades moderadas pueden ofrecer beneficios comparables para la salud y la longevidad.

Además, según esta investigación, sustituir grasas saturadas por aceite de oliva disminuye el riesgo de muerte total y por causas específicas entre un 8% y 34%.

¿El aceite de oliva es la clave para combatir enfermedades crónicas?

Esta evidencia es particularmente importante en la actualidad, donde persisten altos índices de enfermedades crónicas y obesidad en muchas poblaciones occidentales.

Asimismo, los hallazgos refuerzan la importancia de la calidad de las grasas consumidas, no solo la cantidad. Al comparar el aceite de oliva con otras fuentes de grasa como la margarina, mantequilla o mayonesa, el estudio proporciona evidencia cuantificable de los beneficios al hacer sustituciones simples en la dieta diaria.

En una era donde la nutrición está constantemente en debate y donde proliferan dietas restrictivas y modas alimentarias, estos resultados, respaldados por datos sólidos y seguimiento a largo plazo, ofrecen una recomendación accesible y respaldada científicamente.

Del mismo modo, la investigación liderada por expertos, como Marta Guasch-Ferré, hace énfasis en la necesidad de priorizar fuentes saludables de grasa como estrategia efectiva de salud pública para reducir el riesgo de mortalidad en diversas poblaciones del mundo.

¿Qué tan bueno es el aceite de oliva para la salud?

Debe considerar que los beneficios del aceite de oliva, según el estudio, provienen de su composición específica, rica en ácidos grasos monoinsaturados y compuestos bioactivos como el oleocantal y el ácido oleico.

Estos elementos no solo reducen el colesterol LDL, sino que también tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que podrían explicar su efecto protector frente a diversas enfermedades.

Finalmente, cabe acotar que el estudio utilizó datos de gran calidad metodológica, con mediciones repetidas de dieta y estilo de vida, lo que refuerza la fiabilidad de sus conclusiones. También es relevante que los beneficios persisten incluso con un consumo moderado, accesible para la mayoría.

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