Piezas arqueológicas descubiertas en Tununguá serán exhibidas en el Museo Nacional
El hallazgo de 64 piezas precolombinas en zona rural de Tununguá, descubierto en 2016 y resguardado por la comunidad, será exhibido en el Museo Nacional tras un riguroso proceso de investigación liderado por el ICANH y la Universidad Nacional.

El hallazgo de 64 piezas precolombinas en zona rural de Tununguá, descubierto en 2016 y resguardado por la comunidad, será exhibido en el Museo Nacional
Tununguá
Un conjunto de piezas arqueológicas halladas de manera fortuita en 2016 en zona rural del municipio de Tununguá, en el occidente de Boyacá, será exhibido próximamente en una exposición temporal en el Museo Nacional de Colombia. El descubrimiento, que permaneció bajo reserva durante años debido a los protocolos de investigación y conservación, cobra ahora relevancia nacional por su valor patrimonial, histórico y simbólico para la región.
El hallazgo se dio en la vereda Jaguares, cuando miembros de la familia Pachón realizaban labores agrícolas en un terreno destinado al cultivo de yuca y mazorca. Entre la tierra comenzaron a emerger figuras en piedra con rasgos antropomorfos. En ese momento, sus descubridores no entendían de qué se trataba.
“Encontramos unas piedras con formas muy curiosas, algunas sugerían piernas humanas. No sabíamos lo que eran, pero intuimos que tenían algo especial. Por eso, decidimos acudir al Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), que confirmó que se trataba de piezas arqueológicas precolombinas”, relató Sandra Pachón, consejera provincial de cultura del occidente de Boyacá y una de las personas directamente involucradas en el hallazgo.
Lo que inicialmente parecía un descubrimiento menor de seis o siete piezas, resultó ser una colección de 64 elementos arqueológicos, entre figuras, herramientas y objetos ceremoniales. Gracias al trabajo conjunto entre la comunidad, el ICANH y dos arqueólogos de la Universidad Nacional, se realizó un proceso de rescate, documentación y análisis de los objetos.
“El descubrimiento nos llevó a reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos como ciudadanos frente al patrimonio. Iniciamos la gestión con las administraciones municipales de ese entonces y logramos articular un proceso serio de investigación. La Alcaldía asumió la tenencia de las piezas y desde entonces se ha trabajado para garantizar su protección y estudio”, indicó Pachón.
Los estudios de datación realizados en laboratorios de Estados Unidos arrojaron que el sitio tiene una antigüedad aproximada de 650 años. Aunque todavía se adelantan estudios complementarios, se ha determinado que las piezas estarían asociadas a un grupo cultural prehispánico ubicado entre los límites actuales de Boyacá y Santander.
“El valor de estas piezas no es solo histórico, sino cultural. Representan una herencia ancestral que estaba enterrada bajo nuestros pies y que hoy, gracias a un proceso comunitario, será compartida con todo el país”, expresó la consejera.
La investigación también ha abierto la puerta a nuevas oportunidades. En coordinación con la Alcaldía de Tununguá, la Gobernación de Boyacá y el Museo Nacional, se ha avanzado en la organización de una exposición temporal que permitirá exhibir las piezas por primera vez ante el público.
“Esta es una noticia que nos llena de orgullo. No solo porque da visibilidad al municipio, sino porque demuestra que, desde lo local, cuando hay compromiso, se pueden lograr cosas grandes. Hace unos días recibimos la visita de la secretaria de Cultura de Boyacá, Sandra Mireya Sierra, algo histórico para nosotros, porque nunca antes una autoridad cultural del departamento había estado en Tununguá. Eso nos motiva a seguir trabajando por la cultura y el patrimonio”, dijo Pachón.
El caso de Tununguá también se ha convertido en un referente para el manejo ético y colaborativo de hallazgos fortuitos en Colombia, en un momento donde muchas veces estos bienes terminan en el mercado negro o sufren pérdida de contexto arqueológico por falta de conocimiento o apoyo institucional.
“Este proceso ha sido una lección de corresponsabilidad. La comunidad entendió que lo que encontró no era solo suyo, sino parte de una memoria colectiva que debía compartirse y preservarse. Ahora, este hallazgo va al Museo Nacional, pero también esperamos que, en el futuro, pueda regresar a Tununguá, con las condiciones adecuadas, para fortalecer el turismo cultural y educativo en la región”, concluyó.