Despierta el agujero negro de Virgo: estallidos de rayos X perturban el espacio profundo
Tras décadas de silencio, el núcleo de una galaxia lejana emite señales enigmáticas que desafían la ciencia.

Agujero negro y la tierra
Devoradores de mundos. La ciencia ficción ha intentado por décadas retratar estas amenazas del cosmos a través de varios monstruos o villanos, como Galactus, uno de los principales antagonistas de los comics de los superhéroes conocidos como Los 4 Fantásticos de la ilustradora Marvel.
A pesar de que estas representaciones artísticas generan pánico en los lectores, lo cierto es que en el cosmos de la vida real hay fenómenos con las mismas características que pueden llegar a ser igual o incluso más aterradores y destructivos que el propio Galactus.
Diferentes astrónomos que representan al Observatorio Europeo Austra, la Universidad de Valparaiso (Chile), El Instituto Tecnológico de Massachusets (MIT) y la Agencia Espacial Europea vieron por primera vez el despertar de un agujero nuevo supermasivo que había estado inactivo durante décadas a 300 millones de años luz de la tierra, en la constelación de Virgo.
El monstruo despierta en el centro de la galaxia
Los agujeros supermasivos suelen estar inactivos, sin emitir señales visibles. Los científicos han nombrado este agujero negro como ‘Ansky’, el cual está en el centro de la galaxia SDSS1335+0728, pasó de estar “dormido” durante décadas a repentinamente activarse y emitir potentes ráfagas de rayos X.
Por primera vez el ser humano podrá presenciar en tiempo real cómo un agujero negro comienza a alimentarse y cambiar de estado. Esto lo hace con una serie de destellos cíclicos de rayos x que son muy potentes (conocidos como QPEs).
Las ráfagas son diez veces más largas y luminosas de lo que es conocido. Sucede cada 4,5 días, un ritmo récord y nunca antes registrado por parte del ser humano en lo que respecta a un hoyo negro.
De momento ‘Ansky’ no parece haber destruido una estrella, como normalmente ocurre con las QPEs, lo que abre nuevas hipótesis. Pareciera que el disco de acreción que genera las erupciones podría haberse formado con gas capturado del entorno y no de una estrella destrozada.
Este nuevo descubrimiento permite estudiar cómo se activan los agujeros negros supermasivos, y ayudaría a detectar ondas gravitacionales relacionados con este evento. Por otro lado hace replantear lo que se creía sobre la física extrema en el universo.
¿Corre peligro el Planeta Tierra?
No realmente, Ansky se encuentra hasta 300 millones de años luz de distancia, eso significa que la luz emitida por él tarda 300 millones de años en llegar a nosotros. Para comparación, el Sol de nuestro sistema solar está a tan solo 8 minutos luz de la Tierra.
Por otro lado, aunque Ansky está emitiendo poderosos rayos x, esa energía se disipa muchísimo al viajar por el espacio. No hay forma que a esa distancia afecte la vida en la Tierra ni nuestras tecnologías.
Así mismo, este fenómeno no está apuntando hacia la Tierra. Esto es importante, porque los agujeros negros emiten chorros de rayos gamma, que pueden ser peligrosos si van en dirección de nuestro planeta. Por el momento los astrónomos no han detectado comportamientos que representen una amenaza directa.
Más que un peligro, Ansky es la oportunidad clave para los científicos para entender cómo funcionan los agujeros negros y cómo anticipar si alguno se llega a formar más cerca de nosotros en el futuro.