En Risaralda se reactivó la construcción de puentes peatonales para comunidad indígena de Mistrató
$7.500 millones serán invertidos en la reconstrucción.

Fotografía suministrada: Gobernación de Risaralda
La Coordinación Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres, y la Alcaldía de Mistrató, lograron reactivar las obras de seis puentes peatonales que fueron arrastrados por una creciente súbita del río San Juan en enero de 2023, a la altura del corregimiento de San Antonio del Chamí, situación que por años ha tenido en riesgo a la comunidad indígena de este territorio, en especial a los menores de edad.
Así lo confirmó Diana Carolina Ramírez Laverde, líder de esta dependencia, quien indicó que la reactivación de las obras se da tras la visita de una comisión a la zona, en la que estuvo presente un delegado del Gobierno Nacional.
“Gracias a una gestión del gobernador Juan Diego Patiño y el alcalde de Mistrató, Diego Parra, se desplaza una comisión de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, UNGRD, a San Antonio del Chamí (Mistrató) a revisar los seis puentes priorizados que ya están contratados, se hizo un recorrido en cada uno de los puntos y se realizó una socialización con la comunidad”, explicó la funcionaria.
Agregó la funcionaria que este proyecto tendrá una inversión superior a los $7.500 millones y los puentes peatonales serán instalados en las veredas: Humacas Bajo, El Socorro, Canchibare, El Silencio, La Albania y Guapá.
Salomón Odín Figueroa Nieto, asesor del director nacional para la gestión del riesgo de desastres, manifestó que estos puentes estarán disponibles para la comunidad a más tardar a final del presente año.
“Hemos visitado los seis puentes con el fin de ver el estado de la obra y hacer un cronograma y un camino a seguir con el fin de beneficiar a todas las poblaciones que los necesita”, dijo Figueroa.
Estas obras representan el fin del riesgo que tienen estas comunidades cada vez que se ven obligados a cruzar el río San Juan, especialmente para más de 100 niños y niñas indígenas, que aún deben cruzar desde sus resguardos hasta la Institución Educativa Bajo Canchibare, a través de puentes colgantes improvisados, e incluso a través del mismo torrente del río, para recibir clases; situación que fue denunciada en múltiples oportunidades a través de redes sociales.




