El auge “woke” y la ola “antiwoke”, ¿cómo está impactando en el mundo político?
Panelistas analizaron el impacto de la cultura woke en la sociedad y la respuesta que se ha generado desde movimiento de derecha en Estados Unidos y Argentina.

El auge “woke” y la ola “antiwoke”, ¿cómo está impactando en el mundo político?
48:30
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://caracol.com.co/embed/audio/509/1737756131608/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Ideología “woke” - Getty
En Hora20 una mirada al movimiento “woke” y “antiwok” en el mundo, los pronunciamientos de líderes de la derecha haciendo referencia a extirpar el “wokismo”, el peso de este movimiento, los aciertos y logros, pero al tiempo los excesos y errores. Miraremos los efectos en la cultura, en la política, la incidencia de las redes sociales y el peso que tiene hoy en los discursos de la nueva derecha.
Lo que dicen los panelistas
Norma Jimeno, licenciada en filosofía, columnista y consultora, planteó que los momentos “woke” son esos instantes en que un grupo de personas identifica algo que es un síntoma de pérdida de autonomía, “algo que no funciona muy bien o que delimita la autonomía y sin mayor reflexión se moviliza en unas empatías y movimientos con mayor o menor capacidad”. Resaltó que el movimiento que se genera es superficial, “que además puede ser muy fuerte porque es de cancelación, de uso del poder y genera la reacción del otro lado que no quiere ceder ni perder privilegios y eso en vez de sucintar un debate, genera lucha de poder sobre quién molesta más al otro”.
También explicó que lo “woke”, que no es movimiento, es un llamar a la conciencia que no es tan nuevo ni tan determinante, “creo que identifica una problemática, una violación de un derecho y de ahí suscita muchas cosas el entusiasmo de las víctimas. Tenemos una denuncia a la que muchos nos adherimos desde diferentes partes, pero la protesta superficial”.
Carolina Sanín, escritora, columnista, PhD en literatura española y portuguesa de la Universidad de Yale, explicó que todo es como una trampa de un mismo interés, “el interés capitalista que no es ajeno a nosotros es un interés siniestro en convertirnos en consumidores y que las funciones que teníamos las haga la IA. Esta pelea del “woke/nowoke” le hace el juego al final del humanismo, tiene en su raíz la reducción del ser humano a categorías e identidades bajo el pretexto de entender al otro, pero realmente lo reduce”. En esa medida, apuntó que es como entrar en unas relaciones de canallas, que son Musk, Trump y Milei de indiferentes y sensibles, contra unas personas automatizadas, “el que no reconoce derecho y la importancia de la igualdad contra una manada automatizada que se opone a la libertad que es lo “woke” y que son como idiotas y simplistas. Son canallas contra idiotas”.
Resaltó que la práctica de dividir el mundo en “woke” o “no woke” como sensible o insensible es todo lo contrario a lo que se dice que es, “es criticar estructuras de poder y al contrario, es la suspensión del criterio porque el enemigo del “wokismo” es la complejización”.
Para Fernando Posada, politólogo, máster en política latinoamericana de University College London y columnista en El Tiempo, las elecciones de EE. UU. y la dimensión tiene en buena parte de discusión el núcleo sobre la vida privada y las libertades, “acá es donde lo “woke” que es la reivindicación de derechos, terminó siendo un espacio a la pérdida de vida privada y de derechos para muchos sectores”. Resaltó que la elección y el discurso político de Trump o el de Milei son discursos hablando de las libertades, de la reivindicación de la vida privada y ese es el eje central tiene que ver con el origen el debate del internet, “el debate público no siempre ha sido como se ve ahora en las redes, las hordas, los ataques y todo tiene como origen el lenguaje del internet con el lenguaje de lo indignado y a rivalizar con quienes no tienen la misma indignación”.
También dijo que hay un hastío donde los demócratas pusieron lo “woke” como eje central, y se olvidó lo que fue su agenda, de prosperidad económica y oportunidades y se central en una agenda que divide y no la que une y que genera encuentro.
Para Bastien Bosa, PhD en Ciencias Sociales, profesor de antropología en la Universidad del Rosario y columnista, presentar lo woke como algo peligroso o como una ideología como movimiento que fuera un grupo organizado y coherente en la manera de actuar, creo que es crear algo que no corresponde a la realidad, “lo woke no debe crear miedo, sobre todo, en personas que se piensan como progresistas, sino que deberíamos verlo como algo que refleja la evolución de cómo logramos pensar la sociedad e identificamos las formas de dominación”. Fue enfático en decir que nuestra sociedad no se puede negar a la realidad de que hay patriarcado, dominación colonial, exclusión de minorías sexuales y un modelo sin mucha consideración por el medioambiente, “no diría que es superficial la crítica a las formas de opresión. Se viene trabajando desde hace décadas y lejos de ser algo extremista se debe ver como algo que nos permite ser un poco más decentes como ser humanos”.
De otro lado, detalló que lo woke cuestiona privilegios, “las minorías deben actuar en conjunto y no caer en la idea de una competencia entre las reivindicaciones de derecho”. Además, dijo que los progresistas no deberían caer en esa trampa de que el woke es el peligro en la sociedad en este momento.