Fedesarrollo advierte que aumento salarial superior al 6% podría generar presiones inflacionarias
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo manifestó que, un aumento del 6% sería una medida equilibrada, ya que lograría un balance entre el bienestar de los trabajadores que reciben el salario mínimo y evitaría impactos negativos en los costos de contratación para las empresas.
Este martes 24 de diciembre, en Zipaquirá, Cundinamarca, el Gobierno Nacional dará a conocer de manera oficial el porcentaje de aumento del salario mínimo para el año 2025 a través de un decreto de la Presidencia de la República.
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Así lo confirmó el Ministerio de Trabajo luego de no llegar a una ninguna concertación con los empresarios de sector privado y las centrales obreras. Según la ministra Gloria Inés Ramírez Ríos, aunque se había definido un “piso” y “techo” del incremento, que se manejó en las negociaciones con un 5,2% siendo la cifra más baja, mientras que la más alta era del 12%, durante las cerca de tres semanas de negociación no se llegó a ningún acuerdo.
El salario mínimo del 12% representaría un incremento de $156.000 que lo dejaría en $1.456.000. Con la otra propuesta del 5.2% que representa un incremento de $67.600, el salario mínimo quedaría en $1.367.600 netos sin tener en cuenta el subsidio de transporte.
Aunque todavía se desconoce la cifra que maneja el Gobierno, expertos del sector han determinado que el aumento vía decreto oscilaría entre un 9% y un 10%, lo que terminaría siendo un número intermedio entre las propuestas planteadas.
“Ojalá no sea mucho más alto que es esa cifra”
Por su parte, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, propuso que el aumento del salario mínimo para 2025 sea del 6%, ya que considera que este ajuste es razonable para preservar el poder adquisitivo de los trabajadores formales y no poner en riesgo la generación de nuevos empleos.
De acuerdo con Mejía, la economía aún no crece al ritmo necesario para soportar incrementos mayores sin generar riesgos para el empleo. En ese sentido, dijo que un aumento del 6% sería una medida equilibrada, ya que lograría un balance entre el bienestar de los trabajadores que perciben el salario mínimo y la necesidad de evitar impactos negativos en los costos de contratación para las empresas:
“Nuestra recomendación técnica del aumento es de 6% porque como lo mencionaba la inflación viene cayendo rápidamente y la productividad laboral, si bien es positiva, no consideramos que haya crecido mucho. Un aumento del 6% logra mantener un adecuado balance entre mantener el poder de compra de los trabajadores que están en el salario mínimo, que justamente se reduce con la inflación, pero viene cayendo la inflación, por un lado, y, por otro lado, evitar efectos adversos en términos de aumentos muy grandes de la contratación, del costo de contratar empleo formal”.
“Ojalá no sea mucho más alto que es esa cifra entre otras cosas, porque si es más alto y digamos es un aumento de 7-8%, eso podría generar presiones en la inflación para el próximo año, que es otra razón por la cual justamente el Banco de la República decidió reducir sus tasas ahora en diciembre en apenas 25 puntos básicos. Entonces 6% creemos que es una cifra razonable, pero bueno, estamos a la espera de si hay un acuerdo o tendrá el Gobierno que decretarlo a través, digamos, de una forma unilateral”, agregó Mejía.
Índice de Confianza Comercial e Industrial noviembre 2024
En otros temas, el director de Fedesarrollo también se refirió a las recientes cifras del Índice de Confianza Comercial (ICCO) y el Índice Confianza Industrial (ICI) con corte a noviembre: “es una encuesta que hacemos a los comerciantes e industriales del país en las cinco principales ciudades —Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga— en donde les preguntamos cómo están viendo ellos su situación desde el punto de vista del comercio y de la industria, que está pasando en su negocio y también les preguntamos cómo están viendo las expectativas de su negocio para los próximos meses”.
Con relación al primero, Mejía explicó que fue del 17,6%, con una pequeña disminución de 0,2 puntos respecto al mes anterior. Esta caída se debió a una baja en las expectativas sobre la economía para los próximos seis meses y un aumento en el nivel de existencias. No obstante, indicó que la percepción sobre la situación económica actual de las empresas mejoró:
“¿Qué quiere decir que el balance de la confianza comercial sea positivo?, que hay más optimismo que pesimismo en el sector. Ese es un balance positivo importante porque refleja entre otras cosas que cuando usted revisa los últimos datos del DANE, pues efectivamente el sector comercio por fin empezó a tener un crecimiento positivo en el año corrido a octubre 2024, que es el último dato que publica el DANE, el crecimiento es pequeño, pero al final de cuentas es positivo el 0.7″.
En el caso del Índice Confianza Industrial (ICI), fue de -2,8% en noviembre de 2024, una caída de 2,4 puntos respecto al mes anterior. La principal razón de esta disminución fue una baja en las expectativas de producción para el próximo trimestre:
“En noviembre tuvimos otra vez una caída de la confianza industrial, el balance fue negativo -2,8%. El balance negativo lo que significa es que hay más pesimismo en el sector, no están viendo bien los industriales su situación económica y tampoco las expectativas. Eso se ratifica otra vez con los datos de crecimiento, cuando usted mira el dato octubre, pues efectivamente la industria sigue estando en rojo, realmente todavía no se ha logrado una recuperación de la actividad económica del sector. De hecho, prácticamente dos años consecutivos de contracción y eso se refleja otra vez en una confianza negativa para el sector industrial”.