Barranquilla

Empresarios de Kitesurf abandonan el Atlántico por extorsiones

Una pareja denunció que tuvo que huir tras las contantes amenazas

Playas de Palmarito - cortesía

Playas de Palmarito - cortesía

Una pareja que había creado una escuela de Kitesurf en las playas del Atlántico se vio obligada a abandonar todo y salir del departamento debido a presuntas amenazas de un grupo criminal.

Hace seis años, Clara Ortíz Díaz y su pareja, el italiano Mirko Benini, decidieron invertir gran parte de sus ahorros para abrir una escuela de Kitesurf y otros deportes náuticos en las playas de Palmarito, en Tubará.

La escuela logró un gran reconocimiento e incluso fue recientemente seleccionada como uno de los “tesoros turísticos” del Atlántico. Sin embargo, todo ese esfuerzo se hundió debido a las amenazas que empezaron a recibir.

Comenzaron a las amenazas

Clara contó a Caracol Radio que comenzó a recibir llamadas extorsivas en las que le exigían apoyo para un grupo armado, pero ante su negativa de “ayudar”, la situación empeoró, y le amenazaron con hacerle daño a su hijo.

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Explicó que recibió un llamando amenazante después de mandar a su hijo por algunos productos a la tienda.

Me dijeron que él estaba para la tienda, y si yo no me iba, ellos me lo picaban en cuadritos”, relató.

Ante la negativa de sostener conversación telefónica con los presuntos delincuentes, la mujer siguió recibiendo amenazas de otros números que le marcaban para recordarle sobre la supuesta ayuda, pero Clara rechazaba todas las llamadas.

“Me llamaron de un número desconocido y me dijeron: ‘Perra, te dije que nos ayudaras, pero ahora no quiero ninguna de tu ayuda y te vas a ir de la playa’”, precisó la mujer.

Sostuvo Clara que, en una ocasión, le marcaron a su teléfono y le dieron un tiempo estipulado para abandonar la playa.

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En cinco minutos llegaron unos hombres en moto y me dijeron que esos eran sus chicos y que me daban 24 horas para irme”, relató Clara, visiblemente afectada.

Además, indicó que unas horas más tarde de la intimidación encontró otro mensaje. “En unas piedras me pusieron un mensaje: ‘vete y 15 horas’ a mi me entró el miedo y eso me preocupó”, añadió.

Con el temor por la seguridad de su familia, Clara se vio obligada a cerrar las puertas de su escuela y su hostal. Decidió abandonar el lugar y buscar refugio en La Guajira, donde se encuentra con algunos familiares.

Según informes, otros propietarios de negocios en la zona también habrían recibido amenazas similares, pero hasta el momento, las autoridades no se han pronunciado.

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