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Cómo se llama y dónde queda la iglesia más antigua de Bogotá: Tiene más de 420 años

Esta iglesia sobrevivió a los fuertes terremotos que se registraron en la capital a lo largo de su historia y actualmente se mantiene como una obra destacada de arte colonial neogranadino

Iglesia más antigua de Bogotá (Getty Images)

Iglesia más antigua de Bogotá (Getty Images)

La arquitectura religiosa en la capital colombiana es uno de los grandes tesoros que tiene la ciudad. De acuerdo con un censo realizado por la Secretaría de Planeación (SDP), en Bogotá hay 1.544 lugares de culto, razón por la que también se ha convertido en un centro de turismo religioso.

Uno de los más recorridos y visitados de la ciudad es el Santuario de Monserrate, el cual se encuentra a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar. Además de este importante lugar religioso, hay otros que se destacan por su arte religioso, otros por sus ceremonias y otros por su antigüedad.

¿Cuál es la iglesia más antigua de Bogotá?

De acuerdo con la Alcaldía de Bogotá, la iglesia más antigua de la ciudad se encuentra en todo su centro. Se trata de la iglesia de San Francisco, también conocida como la ‘Portada de los Pies’, la cual se estima que tuvo su primera construcción entre 1556 y 1584. Este lugar llegó a ser el convento máximo de la orden de Frailes Menores, que es una rama de la Primera Orden de San Francisco.

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Según explica el Repositorio digital de Patrimonio Documental y Bibliográfico, esta torre fue diseñada por el arquitecto valenciano Fray Domingo de Petrés, en colaboración con el ingeniero napolitano Domingo Esquiaqui.

Ahora bien, esta iglesia ha tenido varios nombres y traslados. Según la Alcaldía, estos han sido:

  • La primera sede estuvo localizada en la carrera Séptima, con el nombre de Parroquia de las Nieves
  • Después, se mudó al lugar donde se encuentra el Templo de San Agustín, sobre la misma Séptima, pero a la altura de la 6 C.
  • Posteriormente, para 1557 aproximadamente, el tempo se trasladó a su ubicación actual, sobre la Avenida Jiménez con Séptima. En este lugar había unas casas de propiedad del arzobispo Fray Juan de los Barrios, las cuales fueron donadas para la iglesia.

Los terremotos a los que sobrevivió

Esta infraestructura ha tenido que ser intervenida varias veces. Según cuenta el Patrimonio Documental de los Andes, el primer momento fue el terremoto de 1743, el cual causó daños irreparables, especialmente a su torre principal, que fue construida en el siglo XVII, según registra el Repositorio digital.

El entonces virrey José Solís Folch de Cardona donó nuevas campanas y un reloj traído de Inglaterra, además de apoyar la construcción de una nueva torre. No obstante, el terremoto de 1785 también causó consecuencias devastadoras en el templo, puesto que destruyó completamente la fachada, así como dejó daños en su interior.

En este momento, se tuvo que desmontar y reconstruir la torre en su cornisa. También se tuvo que hacer otras extensas intervenciones en la estructura del templo. Con estas remodelaciones, igualmente se buscó mantener la esencia arquitectónica y su estilo barroco, a excepción de la torre, que fue diseñada con un estilo más neoclásico.

En los años posteriores, entre los siglos XIX Y XX, la Iglesia estuvo inmersa en diversas transformaciones y aunque logró sobrevivir a todos estos cambios mencionados, cosa que no lograron otras antiguas iglesias de la ciudad, esta no quedó exenta de modificaciones significativas.

Actualmente, según el archivo histórico del Patrimonio documental de los Andes, la iglesia se considera una de las obras más destacadas de arquitectura y de arte colonial neogranadino.

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