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Colombiano pasó de hacer malabares en semáforos a ser parte de Cirque du Soleil: Conózcalo

Julian Moreno es un nariñense que es reconocido de forma mundial por su habilidad por el malabarismo. Conozca aquí su historia.

Julian en uno de sus espectáculos. Foto: Instagram de Julian Moreno Granda (@circusjulian).

Julian en uno de sus espectáculos. Foto: Instagram de Julian Moreno Granda (@circusjulian).

Julian Moreno Granda es actualmente artista y malabarista en el Circo del Sol. Su vida ha sido de altos y bajos: pasó de estar en el seno de su hogar a estar muchas noches en la interperie de las calles de Colombia.

A tanto solo los 12 años de edad, se fue de su casa y abandonó la escuela. Estaba en quinto de primaria; ahora su vida ha cambiado de forma drástica y se dedica a lo que más le gusta que es el malabarismo y el circo.

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¿Cómo empezó Julian en el arte del malabarismo?

Los acercamientos de Julian Moreno al malabarismo iniciaron en su familia. Su papá lo llevaba de forma frecuente a los espectáculos del circo de su pueblo natal, San Juan de Pasto. De acuerdo con lo que contó al medio comunicación británico de la BBC, su familia se caracterizó por tener tendencias hacia lo artístico, pues eran pintores y artesanos.

El tiempo pasó, el ahora malabarista se fue de su casa y buscó, “el rebusque”. Empezó a diseñar y vender collares y, de pronto, se encontró con un grupo de artistas argentinos que le enseñaron el oficio de las acrobacias. Él aprendió rápidamente trucos básicos y dominó los más difíciles con botellas de plástico y palos de escobas.

La vida de Julian en las calles

Por circunstancias familiares, cuenta Moreno, se desligó de su hogar y tomó la decisión de vivir en la calle. Primero, estuvo en Pasto, pero lo espantó el frío de las noches y se fue a Cali. Ahí durmió en los andenes y pasó por fuertes episodios de violencia policial.

Contó, en una entrevista dada a la BBC, que su actividad principal era el robo y su desayuno eran dos pandebonos que robaba de una panadería. Más tarde, aprendió de labores de realización de artesanías y las vendió.

A partir de esto, pudo pagar su comida y darse alojamiento en un hotel de la ciudad. Sin embargo, Julián quería conocer y seguir expresándose a partir del arte. Por eso, decidió viajar fuera de Colombia y probar suerte en Ecuador.

¿Cómo pasó Julian de estar en las calles a las tarimas de Cirque du Soleil?

Tras aprender de este arte que lo ha llevado a grandes escenarios, su acto en los semáforos de Colombia fue prender fuego, tragárselo y hacer diversos movimientos con antorchas. Un tiempo más tarde, conformó con sus compañeros una rutina con música, un monociclo y que, además, incluyera participación de los espectadores.

De ahí, viajaron a la capital de colombia, Bogotá, y recaudaron dinero gracias a un programa distrital para artistas que se enfocaban a mostrar su arte en las calles. Unos meses después, decidió irse a Ecuador a probar suerte y ganar más dinero, debido a que este país se encontraba dolarizado.

Conoció a una suiza, de la cual se enamoró y tuvieron un hijo en el país de origen de ella. Sus suegros, cuando vieron su gusto por el malabarismo, le regalaron equipos especializados y lo llevaron a unas pruebas a un circo en la frontera de Francia. Fue aceptado y, así, fue pasando de un circo a otro, ascendiendo.

Entre trabajo y trabajo, Julian llegó a los ojos de un reclutador del Circo del Sol. Lo vio y lo quiso a él, pues, encajaba perfectamente con el personaje que estaban pensando para la nueva presentación. Desde ese momento, Julián se dedica desde rangos élites a su pasión, el malabarismo.

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