Suecia, un aliado con mucho para compartirle a Colombia
En el marco de los 150 años de relaciones entre los dos países, la nación europea ha intensificado sus esfuerzos de cooperación en materia de desarrollo sostenible. La alianza entre universidad, gobierno y empresa, una de las claves.

Estocolmo, capital de Suecia, ocupa el primer lugar en el Índice de Ciudades Sostenibles 2024, elaborado por Corporate Knights. | Foto: Getty Images / Daniel Haug
Por: Esteban Dávila Náder *
No son los barrios ecoamigables en Estocolmo; ni el sistema de transporte público, multimodal, integrado y eficiente. Tampoco son la educación gratuita o el BankID que digitaliza y facilita trámites personales y públicos. Lo que más impresiona de Suecia, sin duda, es la mentalidad un tanto paradójica que ha llevado al país a convertirse en un referente en temas de sostenibilidad y ciudades inteligentes.
Se trata, después de todo, del país más cercano a un índice de desarrollo humano completamente sostenible, según el Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), que entregó, a mediados de este año, el Informe de Desarrollo Humano 2024 para Colombia, añadiendo que es mucho lo que los colombianos pueden aprenderle a los nórdicos en la materia, dada la amplísima riqueza natural que necesita ser protegida en este lado del mundo.
Por fortuna, los dos países comparten una historia igualmente extensa en términos de colaboración. Una que, de hecho, está celebrando 150 años de relaciones diplomáticas y que, por eso mismo, ha visto intensificada la cantidad de acciones que impactan positivamente el desarrollo de Colombia desde lo ambiental, lo académico y lo empresarial.
Una cuestión cultural
Daniel Velásquez vive en Suecia desde 2018 y ha colaborado con entidades como el Instituto Sueco. Considera que Colombia y Suecia comparten un fuerte interés por la defensa de la naturaleza, un camino en el que ambas naciones trabajan de manera cercana. | Foto: Caracol Radio
En conversación con Caracol Radio, Håkan Jevrell, secretario de Estado y ministro de Cooperación Internacional para el Desarrollo y Comercio Exterior sueco, comentó que ese interés parte de una visión muy clara con respecto a las relaciones con sus aliados: “desde la perspectiva sueca, compartimos los mismos valores y por supuesto que deberíamos trabajar juntos para encontrar soluciones a desafíos como la dependencia energética. El mundo como lo conocemos hoy no va funcionar a menos que trabajemos juntos”.
Una postura que antes de aplicarse a lo internacional, se aplica en casa. Quizá quien mejor lo explicó, durante nuestra visita, fue Daniel Velásquez, un joven colombiano que llegó a Suecia en 2018 como estudiante y que hoy lidera equipos de diseño de videojuegos en Malmö, la tercera ciudad más grande del país y la del crecimiento más acelerado de Europa gracias a un proceso de desarrollo en infraestructura sostenible que se adelanta desde hace 20 años.
Daniel cuenta que cuando comenzaron a levantar las restricciones por la pandemia del Covid-19 se hizo popular un comentario: “ya podemos olvidarnos de los dos metros de distanciamiento y volver a los tres metros que acostumbramos en Suecia”. Ese respeto casi ceremonial por el espacio personal, explica, contrasta con la voluntad de gobierno, empresa, academia y población civil para llegar, sin egos de por medio, a acuerdos alrededor de objetivos puntuales y trabajar para darles continuidad, alcanzarlos y evolucionarlos.
En el centro, agrega Velásquez, están un profundo sentido de confianza y un concepto cultural llamado Jantelagen, o Ley del Jante que, en sus palabras, “dice que no debes sentirte superior a otros por tus logros. Esto se ve mucho en círculos laborales y académicos, por ejemplo, donde las personas con títulos de doctorado piden que no se refieran a ellas cómo ‘Doctor’, pues se sienten incomodas”.
La triple hélice

Elena Breda, jefe de Diseño e Innovación de Electrolux considera que la mayoría de personas ven la sostenibilidad como un concepto abrumador y difícil de alcanzar. Para ella, es responsabilidad de las empresas crear productos y servicios ecoamigables, accequibles y fáciles de usar, de forma que se integre con mayor eficacia en todos los hogares. | Foto: Cortesía
El reflejo de esa forma de entender los proyectos está en la manera en la que gobierno, academia y empresas se alinean en un modelo de triple hélice para conseguir desarrollos en cualquier área, incluida la sostenibilidad.
Magnus Lindqvist, asesor senior de Proyectos Internacionales del Royal Institute of Technology de Suecia (KTH) lo define como un concepto de cooperación intersectorial que busca “fomentar y mantener la competitividad de la innovación nacional, el crecimiento económico y crear soluciones sociales sostenibles”.
Una dinámica que está evolucionando actualmente con el auge de las “universidades empresariales”, que más allá de la generación de conocimiento trabajan por la innovación para el desarrollo económico, convirtiéndose en puentes entre empresas y gobiernos; y en un jugador clave en ecosistemas de ciencia, tecnología e información con impacto en la construcción de políticas públicas.
En ese mismo ecosistema, empresas suecas que además tienen presencia en Colombia, como Securitas, señalan que han logrado entender que su rol es el de empoderarse a si mismas y a sus trabajadores a través del desarrollo e integración de herramientas digitales, cooperando tanto con gobierno como con academia, sin llegar a hacer el trabajo de dichos sectores.
Aplicado al concepto de ciudades sostenibles e inteligentes, Elena Breda, jefe de Tecnología y Sostenibilidad de Electrolux comenta que la labor de las empresas debe entenderse como algo integral: desde lo que afecta a los territorios en los que hacen presencia —60% de la energía que usan para sus procesos proviene de fuentes renovables— hasta los esfuerzos detrás de sus productos, donde investigan para crear electrodomésticos hechos con material reciclado o que emplean IA para consumir menos agua y electricidad.
En sus palabras, “lo que hacemos como empresa necesita ser bueno para el planeta, ser bueno para el consumidor y ser bueno para el negocio”.
Con todo, Lindqvist señala que el éxito de una triple hélice depende de varios factores, como la voluntad de todas las partes, que además deben ser vistas como iguales en términos de jerarquía. “Se requiere un enfoque inclusivo y adaptable, que reconozca los objetivos de las partes interesadas durante largos períodos de tiempo, no sólo entre un mandato y otro del partido político gobernante”.
Sobre los retos que tiene Colombia a la hora de implementar exitosamente dicho modelo, agrega que lo mejor es “comenzar por definir las necesidades y los desafíos que se deben abordar, la financiación disponible y luego dejar la planificación y organización de la metodología exacta a los actores involucrados, a menudo puede generar éxito”.
Exportadores de ideas

Håkan Jevrell, secretario de Estado y ministro de Cooperación Internacional para el Desarrollo, considera que las empresas y universidades suecas necesitan más estudiantes y trabajadores colombianos, que les permitan construir una comprensión adecuada de las soluciones que pueden desarrollar ambos países en materia de sostenibilidad. | Foto: Kristian Pohl / Oficina de Gobierno de Suecia
“Estoy muy orgulloso de decir que, en este pequeño país del norte global, con 10.000.000 de habitantes, todos los innovadores y las empresas realmente han producido soluciones sólidas que realmente podrían contribuir en problemas como el cambio climático, la protección de la biodiversidad y la reinvención de los modelos productivos”, dice Jevrell sobre una nación que el año pasado ocupó el segundo lugar en el índice mundial de innovación.
Para el funcionario, esas soluciones no pueden quedarse encerradas en Suecia. Por el contrario, necesitan llegar a otras latitudes, sin intenciones de imponerse. “No podemos atender los problemas del mundo diciéndoles a los demás qué hacer. Por el contrario, tenemos que asociarnos a través de compañías, agencias y universidades para encontrar e implementar las soluciones que mejor se adaptan a la realidad de cada país”.
De ahí que en este momento haya investigadores de KTH trabajando con sus pares de la Universidad Nacional en el diseño de botes de pescas más eficiente para la población de Guapi, en el Cauca; y con expertos de la EAFIT en el desarrollo de un dron para la investigación del cambio climático, con apoyo de SAAB, por mencionar solo algunos ejemplos.
* Enviado especial a Suecia, por invitación de la Embajada de Suecia en Colombia.