Boyacá enfrenta sequias y problemas por lluvias: ¿Qué pasa con el Fenómeno de la Niña?
Mientras algunos municipios de Boyacá enfrentan desabastecimiento de agua por sequías prolongadas, otros se preparan para posibles desastres causados por lluvias intensas ante la inminente llegada del fenómeno de La Niña.
Boyacá
Las complejidades del clima en Boyacá han colocado a varios municipios en una delicada situación. Mientras algunas localidades luchan contra el desabastecimiento de agua debido a la falta de lluvias, otras se preparan para posibles emergencias ante las intensas precipitaciones que podrían llegar con el fenómeno de La Niña. Gestión del Riesgo se guía de los pronósticos del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), que señala una probabilidad del 66% de que La Niña afecte al país entre septiembre y noviembre.
En el departamento de Boyacá, la Dirección Departamental de Gestión del Riesgo de Desastres ya ha puesto en marcha medidas preventivas, ante la diversidad de situaciones que afectan al territorio. Jaisson Carreño, director de la entidad, ofreció una visión detallada de la situación actual y los retos que enfrenta Boyacá.
Desabastecimiento y emergencia por sequía en Chivatá
Uno de los municipios más afectados por la sequía es Chivatá, donde ya se ha declarado calamidad pública debido al desabastecimiento de agua. “Este es el único municipio del departamento que ha presentado una declaratoria de calamidad pública por esta causa”, comentó Jaisson Carreño en una reciente entrevista con Caracol Radio. “Estamos trabajando en conjunto con el municipio para abastecer de agua a la población mediante carrotanques, comprando agua en bloque desde municipios cercanos y transportándola hacia Chivatá”, agregó.
Además de Chivatá, otros municipios como Motavita enfrentan problemas recurrentes de desabastecimiento, aunque aún no han declarado oficialmente una emergencia. “Motavita, por ejemplo, enfrenta desabastecimientos durante todo el año debido a las condiciones geográficas y logísticas del municipio. La falta de pozos profundos y la infraestructura deficiente hacen que sea difícil asegurar el suministro de agua de manera constante”, explicó Carreño.
Preparativos ante el riesgo de lluvias y deslizamientos
A pesar de las sequías en algunas zonas, en otras partes del departamento, los efectos de las lluvias ya han generado graves problemas. Municipios como San Luis de Gaceno, Santa María y Macanal han declarado calamidad pública debido a las intensas lluvias que han ocasionado deslizamientos y daños a la infraestructura vial, en especial en la transversal del Sisga. “Hemos tenido problemas serios en la transversal del Sisga, que conecta áreas vitales del sur de Boyacá con el resto del país. Los deslizamientos de tierra han afectado la conectividad y hemos solicitado apoyo del Gobierno Nacional para solucionar este problema lo antes posible”, señaló Carreño.
En respuesta a estas emergencias, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) ha dispuesto la instalación de un puente metálico en el kilómetro 34 del PR34 entre Macanal y Santa María, una vía fundamental para el transporte en la región. “El puente metálico ya está en camino, y esperamos que su instalación se realice en las próximas semanas”, afirmó Carreño, quien destacó que el compromiso para esta obra fue asumido directamente por el gobernador de Boyacá y el Ministerio de Transporte.
Boyacá: un territorio diverso y complejo climáticamente
Uno de los desafíos más grandes que enfrenta Boyacá es su diversidad geográfica y climática. Al contar con todos los pisos térmicos, el departamento se ve afectado de manera distinta en cada región. “Boyacá no se comporta igual en todo su territorio. Tenemos cuencas bimodales, donde se presentan dos picos de lluvias al año, como en la provincia de Occidente y Ricaurte; y cuencas monomodales, donde solo llueve fuertemente una vez al año, como es el caso del sur del departamento, que incluye municipios como Santa María, Macanal y San Luis de Gaceno”, explicó el director de Gestión del Riesgo.
El comportamiento desigual de las lluvias crea un panorama donde, al mismo tiempo, algunas zonas sufren de inundaciones y deslizamientos, mientras otras lidian con sequías prolongadas. Carreño subrayó que la clave para manejar estas situaciones es la anticipación y la planificación. “No podemos esperar a que las cosas empeoren. Tenemos que actuar de manera preventiva, gestionando recursos y preparando a las comunidades para responder ante cualquier eventualidad climática”, insistió.
Preparación ante el fenómeno de La Niña
“Estamos gestionando ayudas humanitarias y contratando más maquinaria para atender cualquier emergencia que pueda surgir. En particular, necesitamos aumentar nuestra capacidad de respuesta con maquinaria pesada, como excavadoras de orugas, para lidiar con los deslizamientos que podrían empeorar con las lluvias”, indicó Carreño.
El departamento también está organizando un simulacro nacional de respuesta a emergencias que tendrá lugar en octubre y abarcará los 123 municipios de Boyacá. “Este simulacro nos permitirá prepararnos para cualquier eventualidad, sea por lluvias, sequías u otros fenómenos. El objetivo es que los organismos de socorro estén alerta y bien coordinados para responder rápidamente”, afirmó Carreño.
El director también resaltó la importancia de la colaboración entre los gobiernos municipales, departamentales y nacionales para enfrentar los desafíos climáticos. “Hemos trabajado arduamente en la pedagogía con los alcaldes y los coordinadores de gestión del riesgo para que comprendan la importancia de declarar calamidad pública cuando la situación lo requiera. Si la capacidad de respuesta de un municipio se ve superada, es fundamental contar con el respaldo del gobierno departamental y nacional”, enfatizó.