Alimentos ultraprocesados y 3 industrias que causan 19 millones de muertes al año, según OMS
Estas cuatro industrias causan el 34 por ciento del total de fallecimientos al año.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud en la región de Europa (OMS Europa) alerta de cuatro industrias específicas que son “total o parcialmente” responsables de 2,7 millones de muertes al año en Europa: tabaco, alimentos ultraprocesados, combustibles fósiles y alcohol.
Estas cuatro industrias causan 19 millones de muertes al año en el mundo, es decir, el 34 por ciento del total de fallecimientos. Asimismo, impactan en los esfuerzos de prevención y control de las enfermedades no transmisibles (ENT), como las patologías cardiovasculares, el cáncer y la diabetes, y sus factores de riesgo, como el tabaco, el alcohol, las dietas poco saludables y la obesidad.
El informe, presentado en Bruselas (Bélgica), explica cómo la consolidación de estos sectores industriales y otros, en un pequeño número de empresas transnacionales “poderosas”, les ha permitido ejercer “un poder significativo” sobre los contextos políticos y legales en los que operan, y obstruir las regulaciones de interés público que podrían afectar a sus márgenes de beneficio.
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Por tanto, la OMS pide a los gobiernos que pongan en marcha mecanismos para identificar los conflictos de intereses y proteger las políticas públicas de las injerencias de la industria.
Asimismo, este documento, que lleva por nombre ‘Determinantes comerciales de las enfermedades no transmisibles en la región europea de la OMS’, también arroja luz sobre la “amplia” gama de tácticas que emplean las industrias para maximizar los beneficios y “socavar” la salud pública, en palabras de la OMS.
“Cuatro industrias matan cada día al menos a 7.000 personas en nuestra región. Las mismas grandes entidades comerciales bloquean la regulación que protegería al público de los productos y el marketing nocivos, y protegería la política sanitaria de la interferencia de la industria”, ha dicho el director regional de la OMS para Europa, Hans Henri P. Kluge.
“Las tácticas de la industria incluyen la explotación de personas vulnerables mediante estrategias de marketing dirigidas, engañando a los consumidores y haciendo afirmaciones falsas sobre los beneficios de sus productos o sus credenciales medioambientales”, ha proseguido, para añadir que estas estrategias “amenazan” los logros de la salud pública del siglo pasado e impiden que los países alcancen sus objetivos sanitarios.
Así, la OMS Europa colaborará con los responsables políticos para reforzar los planes destinados a proteger contra la influencia nociva de la industria y reducirla. “Hoy aportamos pruebas irrefutables de prácticas comerciales y productos nocivos, y decimos: las personas deben primar sobre los beneficios, siempre”, ha proclamado.
Las “jugadas” de la industria
El informe muestra cómo los actores comerciales de diversos sectores, incluidos los combustibles fósiles, el tabaco, el alcohol, la alimentación y la carne, entre otros, llevan a cabo prácticas casi idénticas para configurar entornos estructurales, políticos y de información.
Según la OMS, sus principales objetivos son generar beneficios, maximizar las ventas de productos e impulsar el consumo. “Las industrias farmacéutica y de dispositivos médicos, a su manera, participan en la configuración de las políticas públicas para favorecer sus productos y beneficios”, ha criticado Kluge.
Con este fin, asegura, la industria “gasta importantes recursos para oponerse a la regulación de interés público, moldear la evidencia científica y el discurso público, y externalizar el coste de los daños que causan en las personas y sus entornos, alimentando así la carga de las ENT”.
Este conjunto de tácticas, denominadas el “libro de jugadas de la industria”, está diseñado para influir en sistemas enteros --sanitario, político, económico y mediático-- en beneficio de sus propios intereses, “lo que provoca importantes daños sanitarios y sociales”.
¿Cuáles son estas tácticas?
El informe presenta una serie de estudios de casos que ilustran la “captura empresarial” de las políticas públicas y la elaboración de políticas, con repercusiones en todos los ámbitos de la vida de las personas.
Concretamente, escribe cómo la “gran industria” utiliza métodos manifiestos y encubiertos para retrasar, disuadir y bloquear las políticas contra las ENT, como las medidas de control del tabaco y el etiquetado nutricional y sanitario obligatorio de alimentos y bebidas alcohólicas.
Además, el documento detalla algunas de las prácticas nocivas de la industria en torno a la gestión de las enfermedades, como el precio y la disponibilidad desiguales de los medicamentos contra el cáncer, y la promoción de pruebas de cribado no basadas en la evidencia y no reguladas.
Entre las estrategias habituales se incluyen desde los grupos de presión políticos y la difusión de información errónea y desinformación en los medios de comunicación, hasta las prácticas financieras perjudiciales y las estrategias de marketing dirigidas a niños y jóvenes.
“Durante demasiado tiempo hemos considerado que los factores de riesgo están relacionados sobre todo con las elecciones individuales. Tenemos que replantear el problema como un problema sistémico, en el que la política tiene que contrarrestar los entornos de hiperconsumo, restringir la comercialización y poner fin a las interferencias en la elaboración de políticas”, ha aseverado por su parte el viceprimer ministro y Ministro de Asuntos Sociales y Salud Pública de Bélgica, Frank Vandenbroucke, que ha intervenido en la presentación del informe.
Por su parte, el doctor Gauden Galea, asesor estratégico del Director Regional de Enfermedades No Transmisibles e Innovación de la Oficina Regional de la OMS para Europa, ha afirmado que los países deben informar sobre sus progresos en la Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre las ENT que se celebrará en septiembre de 2025. “Se requerirán todos nuestros esfuerzos --Estados Miembros, sociedad civil, academia y organizaciones internacionales-- para blindar las políticas públicas y proteger a las generaciones futuras de las enfermedades crónicas prevenibles”, ha finalizado