Bogotá D.C.

Alias ‘Allende’ era quizá el cabecilla más importante de la disidencia FARC ‘Segunda Marquetalia’ que se encontraba en territorio colombiano, encargado principalmente de las rutas del narcotráfico hacia el Ecuador y países de Centroamérica a través del Pacífico.

Fuentes de inteligencia humana y técnica, así como desde el Ministerio de Defensa, han indicado que el jefe de la estructura denominada ‘Alfonso Cano’ habría sido abatido en una operación de las Fuerzas Militares mientras celebraba la noche de Año Nuevo, el pasado domingo 31 de diciembre de 2023.

Las tropas militares sorprendieron al temido criminal de 32 años, por quien se ofrecía una recompensa de hasta $1.000 millones, en la vereda Yayaral-Guañambi, ubicada en el municipio Roberto Payan, Nariño. En los combates también habrían muerto dos disidentes FARC.

Un dato que llamó la atención de los uniformados fueron los hombres de raza negra que integraban el anillo de seguridad de ‘Allende’. Todos portaban fusiles AK47 calibre 7.62mm, fusiles M16 calibre 5.56 mm y ametralladoras calibre 7.62mm y 5.56 mm.

Según las informaciones de las Fuerzas Militares, ‘Allende’ había optado por esta opción de protección influenciado por pitonisas y brujas de esa región, que le habrían indicado que, supuestamente, con ellos sería imbatible.

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De otra parte, algo particular que se ha venido presentado en estos grupos criminales es que los cabecillas son cada vez más jóvenes, ya que es poco común encontrar que superen los 40 años. La razón es que su modus operandi es más de cartel de drogas que de insurgencia, y muchos prefieren tener algo de dinero rápido.

Sentencia de muerte

Según la información recolectada por los uniformados, ‘Allende’, quien tendría un historial criminal de más de 14 años, habría resultado gravemente herido y sacado de la zona por sus subalternos sin brindarle atención de primeros auxilios.

Este hecho podría considerarse como la sentencia de muerte que le propinaron sus propios hombres de confianza. De habérsele brindado atención médica primaria en el sitio por parte de los enfermeros militares, como usualmente se hace en estos casos, se habría salvado y luego entregado a la justicia.

Junto a Allende, habrían caído también dos integrantes más de su anillo de seguridad, quienes se encontraban vestidos de civil y portando armas de fuego de largo alcance. También fueron evacuados del lugar por otros combatientes ilegales sin ninguna clase de primeros auxilios, que por ejemplo les ayudara a detener la pérdida de sangre y la hemorragia interna producto de las heridas.

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En la zona de injerencia criminal de esa facción de la Segunda Marquetalia, las Fuerzas Militares y la Policía continúan desplegando unidades para localizar los cuerpos de los tres disidentes FARC que habrían muerto en los combates. También en búsqueda de posibles depósitos ilegales donde escondan armas, munición, explosivos y material de guerra e intendencia.

Desconfianza y traición

La desconfianza de los carteles de la droga, principalmente mexicanos y ecuatorianos, con ‘Allende’ y su grupo narcoterrorista, habría facilitado el acceso a información valiosa para que las Fuerzas Militares llegaran al lugar exacto donde se encontraba el capo de la Segunda Marquetalia y desarrollar esta importante operación.

Según inteligencia, la traición fue por el incumplimiento de un pago y al no envío de un cargamento de droga que superaría las 5 toneladas de cocaína que tenía como destino final las calles de Estados Unidos, principalmente New York.

Entre tanto, mientras avanzan las tropas en Roberto Payan, los militares han podido percibir que los pobladores de Mercedes de Chimbuza y zonas aledañas a donde se presentó el combate, se encuentran atemorizados por amenazas y presiones por parte de integrantes de la estructura ‘Alfonso Cano’.

Al parecer, los mismos guerrilleros de la Segunda Marquetalia han amenazado de muerte a la población, señalándola de culpable de la muerte de ‘Allende’.