En 2023 un periodista ha sido amenazado cada dos días en Colombia: FLIP
La mayoría de las agresiones se presentaron en Bogotá y en los departamentos de Arauca, Norte de Santander, Tolima, Atlántico y Nariño.
Colombia
Un análisis sobre las amenazas a periodistas desarrollado por la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), reveló que con corte al 31 de mayo, en el país se han registrado 58 amenazas contra periodistas, ocurridas en 22 departamentos.
Esta cifra retrata un escenario preocupante sobre la seguridad de quienes ejercen periodismo en Colombia, pues el informe también señala que un periodista es amenazado cada dos días y en el 70% del país se ha amenazado al menos a una o un comunicador.
La mayoría de estas agresiones se presentaron en Bogotá y en los departamentos de Arauca, Norte de Santander, Tolima, Atlántico y Nariño; y muchas de las amenazas estarían relacionadas con investigaciones sobre temas de seguridad, administración pública y conflicto armado.
Bogotá es la ciudad en la que más se han reportado amenazas, en este año van seis casos, “en esta ciudad la prensa suele recibir amenazas de personas desconocidas como represalia por el cubrimiento que hacen a temas de administración pública, política y seguridad”. Sin embargo, el panorama a nivel departamental es diferente: 26 de las 58 amenazas registradas provienen de actores armados ilegales que tienen presencia en distintas zonas del país.
“También hemos evidenciado que en zonas en las que estos grupos son más fuertes, como Arauca y Norte de Santander, se busca con más frecuencia atacar a periodistas que informan sobre conflicto armado, narcotráfico y asuntos de seguridad. (...) En otros departamentos como Tolima y Atlántico, hay presencia de bandas criminales que suelen responder a grupos armados ilegales con presencia nacional, como el Clan del Golfo. En estos departamentos, la prensa es más vulnerable cuando cubre temas relacionados con temas judiciales y orden público, como hurtos y homicidios”, señala el informe.
El análisis de la FLIP, también da cuenta que un alto número de amenazas fueron hechas a través de en entornos digitales y las redes sociales Facebook, Instagram, Twitter y WhatsApp.
Advierten que “El silenciamiento de la prensa tiene un costo muy alto para las sociedades democráticas, no sólo impide el flujo de información para la ciudadanía sino que, como lo ha dicho la Corte Interamericana de Derechos Humanos, inhibe a aquellos ciudadanos o ciudadanas que quieren denunciar abusos de poder, irregularidades, o actos ilícitos de cualquier naturaleza”.
Finalmente, aseguran que de cara a las elecciones de este año, es necesario que el Estado se concentre en prevenir y sancionar la violencia contra la prensa y que los líderes políticos, candidatos, funcionarios y servidores públicos entablen discursos en los que respalden el trabajo de la prensa.