Millonarios hizo su debut este jueves en la Copa Libertadores 2023. El cuadro embajador sacó un valioso empate a cero en su visita a Universidad Católica de Ecuador y definirá la llave la próxima semana (2 de marzo) en El Campín.

Fue un partido con pocas emociones. Las dos más claras fueron para el dueño de casa: un remate al travesaño y una espectacular atajada de Álvaro Montero.

Primera parte de estudio

Si bien se esperaba una Católica mucho más veloz y dinámica, se lo vio mucho más preocupado en no tener errores defenesivos y sufrir peligro en su área. Entre tanto, la visita se fortaleció en defensa y por momentos intentó adueñarse de la posesión.

Incluso la primera aproximación fue del cuadro colombiano, a través de un remate mordido de David Mackalister Silva que llegó manso a las manos de Cuero.

Sobre el cuarto de hora, Alberto Gamero y los suyos tuvieron la más clara de todo el duelo. Pelotazo desde el fondo de Álvaro Montero que Leonardo Castro dejó seguir y Oscar Cortés ganó en velocidad. El joven quedó mano a mano y definió como pudo, pero el balón se fue rozando el palo derecho.

A raíz de lo anterior, el partido se detuvo. El guardameta Cuero recibió un duro golpe de Cortés en el choque y terminó con el rostro ensangrentado. Tras siete minutos, el jugador pudo continuar, aunque tenía varios parches en su cara.

Previo a los 30 minutos, Castro, de flojo partido, tuvo dos oportunidades. Primero fue un pase entre líneas de Daniel Cataño en el que quedó mal perfilado y definió desviado; después fue un balón largo de Omar Bertel que el goleador remató de primera al cuerpo del meta.

La primera gran clara del dueo de casa llegó a los 41 por una equivocación del rival. Montero despejó muy mal, Willian Ceballos capturó y sacó un derechazo desde muy lejos que pasó cerca del arco albiazul. Por poco sale caro el fallo.

Si bien Juan Carlos Pereira y Cortés probaron suerte con la media distancia, en los últimos instantes Católica lució mejor. Isaac Díaz tuvo un par de oportunidades claras: centro al segundo palo que por centímetros no conectó y, la más clara del local en la primera parte, un remate mordido en el área chica que exigió una estirada monumental de Montero.

Complemento para el local

En la segunda parte, Darwin Cuero no pudo continuar por los golpes en su rostro y en su lugar ingresó el venezolano Rafael Romo.

En apenas unos segundos, el elenco ecuatoriano reclamó airadamente una mano de Andrés Llinás que pudo ser pena máxima. Aún así, el referí brasileño dejó seguir.

Sobre la hora de partido se daría la más clara del encuentro. Buen centro desde sector izquierdo al centro del área que Díaz cabeceó bien, pero el balón se estrelló en el travesaño. Era el tanto de la ventaja para los locales. Clarísima oportunidad.

En adelante, los locales dueron amos y señores del partido: dominio absoluto, posesiones larguísimas, rápida recuperación del balón y suma tranquilidad. Ahora bien, le faltó lo más importante: el gol. No hubo claridad en el último tercio por el afán de definir.

Con el pasar de los minutos, Millonarios aprovechó el desespero rival para atacar a partir de contragolpes, pero no tuvo niguna clara. Lo único fue un pase al vacío de Jader Valencia que se fue sumamente desviado.

En tiempo añadido, Cristian Martínez Borja pudo darle la agónica victoria al equipo ecuatoriano con un remate de primera tras un tiro de esquina, pero el balón se fue desviado. Empate a cero fuera de casa y a definir en Bogotá.