El hipo suele llegar luego de comer de forma rápida, consumir alcohol, o por haber pasado por un cuadro de estrés intenso. Inclusive los momentos de nerviosismo o vergüenza pueden desencadenar el hipo sin razón aparente. Existe la creencia bastante común de que los sustos solucionan el problema del hipo, y aunque a veces resulte eficaz, lo cierto es que no hay evidencia científica que compruebe su efectividad.

¿Cómo se produce le hipo?

El hipo llega como consecuencia de la contracción espontánea del diafragma, un músculo que separa el abdomen del pecho, dicha contracción afecta al nervio vago. Esto hace que se produzcan algunos espasmos y que se cierren las cuerdas vocales provocando el sonido característico: hip, hip.

Esta molestia suele tardar unos minutos en recuperarse, aunque muchos suelen optar por los sustos para un tratamiento más eficaz. Los sustos pueden resultar efectivos, ya que el nervio vago se centra en una señal distinta a las que envía el diafragma por lo que el hipo desaparece. Pero este tratamiento no tiene la misma eficacia en todas las personas.

Consejos para aliviar el hipo

Lo primordial para deshacerse del hipo es hacer que el diafragma vuelva a su ritmo cotidiano. Para lograrlo se debe controlar la respiración y contenerla por unos instantes, a medida que el dióxido de carbono aumenta su concentración en el torrente sanguíneo, el diagrama volverá a su actividad normal. El hipo suele mejorar al cabo de unos minutos, por lo que los sustos no son del todo necesarios.