El estado de las llantas va empeorando a medida que los años pasan, diversos factores ocasionan que el caucho de las llantas vaya perdiendo su calidad y se descompongan. El clima, las concentraciones de ozono en la atmósfera, el poco cuidado que se tenga y otras causas adversas facilitar que las llantas reduzcan su vida útil.

Las llantas comienzan a expresar los signos de su desgaste cuando en los bordes aparecen grietas, su aspecto se hace más rígido en la superficie, la decoloración se torna grisácea y las bandas de la rodadura se cuartean.

El mal estado de los neumáticos puede significar algunos peligros para la seguridad de las personas en la vía, y es que los signos de descomposición pueden llevar a que las llantas se hagan resbalosas en medio de una calzada húmeda y con ello que se dificulten las maniobras de frenado.

Algunas recomendaciones

Para evitar cualquier situación fortuita a causa del desgaste de los neumáticos es recomendable que se hagan revisiones periódicas para detectar las posibles afectaciones en las bandas de rodadura, y notar los cambios físicos que han tenido.

Existen varias cosas que se pueden hacer para prevenir estos daños, una es evitar dejar estacionado el vehículo por muchas horas en lugares con una exposición prolongada de rayos UV del Sol. Otra es evitar las sobre cargas, las llantas están diseñadas de acuerdo a cada modelo en específico y para soportar un peso máximo especifico, abusar de la capacidad de carga del carro puede también significar daños en los neumáticos.

Otra de las recomendaciones es mantener el neumático inflado correctamente, conducir con las llantas desinfladas es una de las principales causas del deterioro del caucho y es que con un nivel de aire muy bajo la banda de rodadura tiende a sufrir un mayor desgaste.

¿Cómo saber la fecha de vencimiento de las llantas?

En realidad las llantas no contienen una fecha de vencimiento establecida; sin embargo, lo que sí contienen es la fecha de fabricación. En el costado de las llantas hay cuatro números los cuales los dos primeros corresponden al mes y los dos últimos al año de fabricación. Partiendo de esto, los expertos aseguran que las llantas deben cambiarse entre los seis a diez años siguientes a la fecha de expedición, puesto que pasado este tiempo dejan de estar en su vida útil y puede resultar riesgoso transitar con ellas.