Muerte masiva de peces en Europa pone en alerta el continente
En el río Oder, frontera entre Polonia y Alemania, se registran desde julio grandes cantidades de peces muertos
Cientos de voluntarios han sacado los cuerpos sin vida de los peces que flotan en la superficie del río Oder, en la frontera entre Polonia y Alemania. Solo desde el lado polaco, se han recogido al menos 100 toneladas. Los organismos ambientales han enviado una alerta, mientras los ecologistas critican a la mala gestión de Varsovia y al deterioro del río.
Se han venido adelantando investigaciones que permitan conocer las causas de esta mortandad. Las observaciones descartaron que se tratara de altas concentraciones de mercurio en el agua, como se especulaba al inicio, y están estudiando los efectos relacionados con las altas temperaturas -que registra el continente europeo- y los bajos niveles de agua. Lo anterior debido a que, bajo estas condiciones, las algas producen sustancias tóxicas que podrían ser las responsables de la muerte de los peces.
La ministra polaca de Medio Ambiente, Anna Moskwa, a través de su cuenta de Twitter, informó que se había logrado evidenciar la presencia de algas doradas en el río Oder, un tipo de plantas que pueden producir veneno perjudicial para los peces y las conchas; sin embargo, aclaró que estas algas no representan un riesgo significativo para los humanos.
Piotr Nieznanski, del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), en entrevista con DW, explicó que la presencia de estas algas se debe al exceso de sal en el agua. Las minas de Silesia y de la región de Glogow, vierten grandes cantidades de agua salada en el río Oder, señaló el experto.
El río Oder ha pasado por diversos cambios que han alterado su ecosistema natural, advirtió el WWF. Alemania y Polonia han hecho obras de expansión del río, los expertos señalan que estas variaciones fluviales son perjudiciales para la vida del mismo, ya que primero el río debe sanarse de las sustancias tóxicas para soportar otras intervenciones.
"Cambios en los parámetros del agua, que, en parte, se deben a que nadie controla qué se vierte en los ríos, pueden llevar a más catástrofes, iguales o peores que la que se está viviendo en el Oder", dijo Nieznanski.