Privados podrían encargarse de seguridad en eventos deportivos
Fedeseguridad solicitó al próximo gobierno actualizar el Estatuto de Vigilancia y Seguridad Privada.
El general retirado de la Policía, general William Salamanca, jefe de la comisión de empalme designada por el presidente Gustavo Petro, aseguró que las empresas de vigilancia privada pueden asumir la operación de las cárceles y también encargarse de la seguridad de los eventos deportivos.
“Los estadios deben tener la presencia, cuanto antes, de la seguridad privada y desprender de esa responsabilidad a la Policía Nacional. Un clásico del fútbol nos está absorbiendo más de 2.000 policías. El sector está preparado y capacitado para que esté ahí”, dijo.
Las declaraciones las entregó a la Federación Colombiana de Empresas de Vigilancia y Seguridad Privada (Fedeseguridad). Salamanca añadió que el sector puede fortalecer la seguridad ciudadana.
“Estamos en el propósito de recoger lo positivo del Gobierno del presidente Duque en materia de seguridad, ciudadana, humana y pública. Por eso, es importante la presencia del sector privado por su tecnología y capacitación”, señaló el general retirado de la Policía.
Fedeseuridad entregó un informe al Gobierno electo de Gustavo Petro para que se actualice el estatuto que regula a las empresas del sector desde hace 27 años.
En relación con los hallazgos, Nicolás Botero, presidente ejecutivo de Fedeseguridad, advirtió que “hay una caída sustancial en el uso de armas de fuego para los servicios que se prestan. Por ejemplo, en las afiliadas a este gremio, podríamos estar hablando de que solo el 30% de los servicios tiene ese componente”.
Igualmente, indicó que hay todo un mercado de ciberseguridad y tecnología de la información que se desarrolló en el país, con toda libertad, en el que las empresas de vigilancia tienen un rezago para participar por sus barreras regulatorias.
Botero resaltó que las empresas de vigilancia están varios puntos por debajo de la media de productividad de las empresas de servicios, lo que pareciera ser ocasionado por la regulación, que desincentiva la inversión en tecnología, la contratación estable y el acceso a capital extranjero de nuestras empresas. “En palabras coloquiales, somos improductivos por norma”, señaló.