Los secuestrados eran tratados como mercancía por las Farc

Jonathan Mulford narra 22 años después la pesadilla que fue ser secuestrado cuando tenía 15 años y estaba disfrutando con su mamá, hermanos y primos de un fin de semana en familia que terminó en tragedia. Su madre le imploró a las Farc que los dejará ir, accedieron, pero ella se tenía que quedar.

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La mamá de Jonathan duró dos meses secuestrada mientras su padre hacia maromas para conseguir mil millones de pesos que era lo que pedían por su rescate. Fue liberada, una familia se reencontró, pero las secuelas de ese infierno aún están presentes en su vida.

Estos secuestros con fines económicos no duraban mucho, pero es tal la tortura física y psicológica que incluso le decían al secuestrado que su familia no quería pagar y que por eso iban a subir la tarifa, cuando era un engaño, porque en casa vendían sus cosas y pedían dinero prestado para rescatar del infierno a sus seres queridos. Diva contó como acabaron por esa mentira con la unión familiar.

Edward Díaz vio a sus 14 años cómo se llevaron a su padre y hoy con 34 años mirando a los ojos a las exFarc les dijo con el dolor que lo acompaña por no saber dónde está su papá que ellos son la peor enfermedad que ha tenido Colombia.

Estos testimonios y otros se escucharon durante las 11 horas y cinco minutos que duró la segunda jornada de audiencias en la que los siete integrantes del último secretario de las Farc les dieron la cara a las víctimas de los secuestros extorsivos y pidieron perdón.

En la tercera y última jornada se abordará el secuestro como control social.