La dura realidad de la contratación de los profesionales de la salud en Boyacá

El relato de dos médicos especialistas que trabajan en hospitales, clínicas y universidades deja ver el complejo panorama laboral de los profesionales de la salud, que pese a ser los denominados héroes de la salud, están recibiendo sueldos paupérrimos con tercerizaciones poniendo en riesgo su seguridad social.

En el Personaje de la Semana de Caracol Radio, Óscar González, médico gastroenterólogo de los hospitales San Rafael de Tunja y Sogamoso, asegura que existe la pauperización de los trabajadores de la salud en Boyacá como ocurre en otras zonas del país.

“Aunque se nos tildaba de héroes en la época dura de la pandemia, en este momento sigue la misma situación de informalidad laboral que siempre han tenido los trabajadores”, dice González al señalar que el problema se remonta hace más de 20 años cuando la reforma laboral.

Narra que la contratación, con intermediarios, reducen en términos generales los ingresos mensuales de los trabajadores y los médicos en condiciones, a veces sufribles, y sin vacaciones.

“En cero es la autonomía prácticamente de un médico porque depende de las directrices que dan las EPS, y es bien sabido que los médicos generales tienen coartada su posibilidad de ordenar exámenes porque todo es estrictamente el negocio en el que está la salud en este momento. Las EPS son las que manejan el negocio de la salud, hay un Ministerio de Salud, pero solamente está dedicado a controlar y a dar pautas para las enfermedades”, dice.

González lamenta que la Superintendencia de Salud no esté haciendo lo que debería hacer en beneficio de los prestadores de salud y los pacientes.

Cuenta el galeno que para tener algunas facilidades se tiene que mantener alejado de la política que es otro de los problemas de la salud. “Muchas instituciones están manejadas por personas que tienen intereses políticos. (…) En mi caso personal debo trabajar en varios sitios para poder cumplir con la condición laboral”.

Dice que el Estado no ha tenido la iniciativa de reconocer el esfuerzo de los profesionales de la salud y con dicha situación la medicina ya no es una de las carreras top porque representan más problemas en el ejercicio.

“Hay otras carreras que los muchachos quieren estudiar sin tanto sacrificio y sin tanto costo porque una universidad privada en este momento cobra $25 millones por semestre, son unos costos escandalosos”, lamenta.

Entre tanto, Edgar Corredor, médico cirujano trabaja en el hospital San Rafael de Tunja, en la clínica Los Andes, es docente universitario de la Uptc y en la Universidad de Boyacá, reconoce que la situación de la salud es crítica sobre todo la parte laboral.

A su juicio, el factor económico prima, muchas veces, por el bienestar, la prevención y el control del paciente. “En este momento el Estado tiene un sistema que le interesa más que los hospitales sean viables, pero económicamente”.

“Como la parte económica es lo que importa, entonces al personal de la salud lo están contratando de diferentes formas y de manera ilegal de lo cual son conocedores el Ministerio de Salud, la Superintendencia de Salud y todos los entes de control”, dijo.

Narra que a los trabajadores no les pagan pensión, ni horas extras, ni seguridad social, ni nocturnos, dominicales y festivos, tampoco tienen primas, vacaciones y dotación.