Al desnudo
No solo quedan al desnudo políticos ahora convertidos en epidemiólogos a cobrarle a los de turno lo que ellos desde sus posiciones tampoco hicieron.
La pandemia de la COVID-19 ha dejado expuestas un sinnúmero de particularidades de los sectores empresariales, de la clase trabajadora y de los sistemas de salud globales. Los gobiernos de turno se enfrentan en todos los países y en Colombia a atender y fortalecer el sector salud y a preservar el aparato productivo. En ambos casos la dependencia estatal ha aflorado con una vulnerabilidad de espanto, tanto en las estructuras de contratación y escasa formalización como en la constitución de ciento de empresas dependientes de la producción casi diaria para pagar sus nóminas. Los bancos convertidos en salvavidas generan aplazamientos automáticos de los créditos existentes y otorgan nuevos solo con garantías de dinero público.
En micros, pequeñas y medianas empresas en Colombia trabajan 17,8 millones de personas y pagar sus salarios mensualmente vale 15,6 billones de pesos (4.000 millones de dólares). 60% de la gente vive en la informalidad y la gran industria paralizada tiene en los aviones en tierra la imagen más contundente de la situación actual.
Lea la columna completa en El País