Los terribles efectos de los incendios forestales
Destrucción de biodiversidad, aumento de desertificación y disminución del agua.
Colombia
Las malas noticias provenientes de un incendio forestal no terminan cuando se extingue. Por el contrario, en ese momento comienzan otras, que pueden ser más graves que las conocidas durante la conflagración.
El efecto más visible es la destrucción del manto vegetal; árboles, arbustos, matas y hierbas desaparecen del terreno, dejando una superficie desolada.
Algo que no vemos pero que también ocurre es la eliminación de hongos, bacilos y bacterias, precisamente por las altas temperaturas en el interior del incendio. Estos microorganismos son los encargados de desintegrar los materiales orgánicos del suelo para garantizar su fertilidad; es decir, su capacidad de albergar especies vegetales diversas, numerosas y valiosas.
Al desaparecer estos microorganismos, se pierde la fertilidad del suelo; árboles y arbustos ya no encuentran los nutrientes necesarios para germinar, crecer y desarrollarse, y son reemplazados por hierbas que se adaptan con facilidad a las nuevas condiciones, se apoderan del terreno y frenan el crecimiento de otras especies, afectando la biodiversidad.
En pocos días, el suelo fértil se convierte en tierra estéril, impermeable, que no cumple la necesaria función de retener el agua en su interior y que por el contrario, permite que esta fluya libremente por la superficie, ocasionando avalanchas y deslizamientos potencialmente desastrosos.
La fauna que no sucumbió al incendio se desplaza a otras zonas, el paisaje varía por completo, los sistemas de producción se agotan, la vida humana se transforma. Los efectos de un incendio forestal se prolongan durante muchísimos años, aun con la realización de prácticas para acelerar la recuperación de la biodiversidad y el restablecimiento de un ecosistema nuevo. Pero nada de esto tiene que suceder.
Las buenas noticias las dejamos para el final. Se calcula que el 95 por ciento de los incendios forestales que se registran en Colombia son originados por el hombre. Esto quiere decir, ni más ni menos, que el 95 por ciento de los incendios forestales en nuestro territorio, se pueden evitar.
Solo necesitamos recordar sus desastrosas consecuencias y mantener una actitud de vigilancia, prevención y rápida comunicación con los Cuerpos de Bomberos, Brigadas de Emergencia o Consejos Municipales para la Gestion del Riesgo de Desastres, quienes deben actuar de inmediato, con conocimiento y eficacia, ante nuestro llamado de alerta.