La ‘mezcla’ del caso Cemex
La multinacional denunció corrupción de sus ex directivos en Colombia. El proceso está por ‘concretarse’ en un juzgado de Bogotá.
Colombia
Más de 40.000 millones de pesos embolatados, un asesinato, una modelo mexicana, un condenado por corrupción, ex directivos de Cemex y un proyecto frustrado para una mega cementera, son los ingredientes de una receta que ahora está manos de la justicia.
La primera ‘palada’ en el caso
El negoció que Cemex no logró edificar arrancó en 2012, cuando le apuntaron a un extenso terreno en zona rural del municipio de Maceo, en el departamento de Antioquia, y donde funcionaría una planta de producción de cemento, con el beneficio de insertarse en una zona franca.
Los encargados de hacer realidad el ambicioso proyecto eran dos ex directivos de la multinacional: Camilo González Téllez y Édgar Ramírez Martínez. Los dos encontraron una posibilidad de negocio para la empresa, que hicieron pública a sus superiores y que tuvo como receptor al empresario Eugenio Correa Díaz, representante de C. I. Calizas y Minerales S.A.
El negocio proyectó la construcción de una cementera por más de 300.000 millones de pesos; el lote de 400 hectáreas, se tazó en 40.000 millones.
Una ‘modelo’ para el negocio
La Fiscalía trato de probar en la audiencia de imputación de cargos a los exdirectivos de Cemex y al representante de Calizas y Minerales, que para concretar el negocio, o convencer a las cabezas de la multinacional, utilizaron a una reconocida modelo mexicana.
Se trata de Montserrat Oliver, cercana a la parte vendedora en el negocio y, que en criterio de los investigadores, sirvió como intermediaria para que los directivos de Cemex en México firmaran el millonario contrato.
Las diligencias de la presentadora la trajeron incluso a Colombia, según la Fiscalía, con directivos de la multinacional para conocer de cerca el proyecto y terminar de convencerlos. Tal parece que funcionó, porque tiempo después hicieron un primer pago por siete millones de dólares.
La ‘chatarra’ que dañó el negocio
Lo que aparentemente desconocían las directivas mundiales de Cemex era el grueso enredo que cercaba ese terreno que pretendían adquirir, por lo menos así quedó en sus declaraciones.
El predio fue objeto de extinción de dominio en un proceso que se adelantó en contra de José Aldemar Moncada, un comerciante que resultó condenado en el escándalo de corrupción de las devoluciones del IVA y las falsas exportaciones de chatarra.
Aunque Moncada simuló, a través de la firma de actas, que estaba fuera de las empresas involucradas en el negocio, la Fiscalía aseguró que fue una farsa. El condenado por corrupción estaba enterado de la millonaria negociación, aún con el lote bajo la administración de la Sociedad de Activos Especiales.
Moncada fue asesinado en 2016, cuando gozaba de detención domiciliaria.
El negocio se ‘concretó’
La multinacional y el representante de C. I. Calizas y Minerales S.A. firmaron un convenio que requirió de varias prórrogas, pues no lograron liberar el predio de las medidas cautelares.
Después de seis años Cemex desembolsó 40.000 millones y firmaron catorce otrosí, pero la administración del terreno seguía en manos del Estado, a través de la Sociedad de Activos Especiales. La solución fue firmar un contrato de arrendamiento con el depositario, el señor Yesid Ramírez.
Le pagaban a Ramírez un millón de pesos por 400 hectáreas y con la posibilidad de avanzar en la construcción del proyecto, pero cuando Cemex descubrió el enredo, según la Fiscalía, denunció el caso.
Pendiente por ‘mezclar’
Este viernes una juez definirá si acoge la petición de la Fiscalía y envía a la cárcel a los ex directivos de Cemex - Colombia, Édgar Ramírez Martínez y Camilo González Téllez, junto a Eugenio Correa Díaz, representante de C. I. Calizas y Minerales S.A.
La Fiscalía les imputó cargos por los delitos de enriquecimiento ilícito de particulares, lavado de activos y falsedad en documento privado. Aseguraron los investigadores que fueron ellos los encargados de diseñar el plan para convencer a sus superiores de completar el negocio bajo el riesgo y las advertencias evidentes que pesaban sobre el inmueble.
La denuncia de Cemex contra sus ex directivos retrata una millonaria defraudación, aunque los implicados preparan una un paquete de pruebas que demostrarían que sus jefes tuvieron conocimiento de las implicaciones del negocio.