La cena romántica que el capo peruano dejó comprada en Colombia
El mafioso terminó en Medellín conquistando un corazón. La Dijín rastreó a sus hombres cuando visitaban boutiques y spa para complacer a una dama. Caracol Radio investigó.

La cena romántica que el capo peruano dejó comprada en Colombia(Colprensa)
La cena romántica quedó contratada. Era en un pomposo restaurante del centro comercial Santa Fe ubicado en un exclusivo sector en Medellín. Los detalles, Gerson Aldair Gálvez, alias ‘Caracol’, los había cuidado como si se tratara de un encuentro con una princesa de cuento de hadas.
La protagonista es una joven de 21 años, rubia, delgada, empleada de un lujoso restaurante ubicado en El Poblado, en Medellín, una venezolana que no alcanzó a darle el sí, pero quien se convirtió -sin pensarlo- en el eslabón, en la pieza que le faltaba al rompecabezas que permitiría su captura.
Alias Caracol, el jefe de la mafia peruana, a quien la justicia de su país le gradúa 101 crímenes, llegó hasta el centro comercial el sábado pasado, se bajó de un taxi -el mismo que lo movilizó durante las últimas semanas-, un carro de servicio público conducido por un colombiano y un venezolano que estaban a su servicio, y quienes se encargaron de darle la estocada final a la cena.
Caminó por un pasillo y antes de llegar a su velada, uniformados de la Dijín de la Policía le ‘cayeron’ encima. En medio de la multitud le pidieron documentos y él no tenía. Andaba indocumentado y escasamente informaba que era un turista peruano que andaba de paseo por Colombia.
Los platos quedaron listos, casi servidos. La chica jamás llegó y él, quien lucía tenis, camisa y jean de marca, fue trasladado hasta la Policía en Medellín y minutos después a la Dirección de la Policía en Bogotá. Desde Perú, el general Vicente Romero, director de la Institución de ese país, envío con urgencia las huellas dactilares que terminaron por confirmar que el hombre de 34 años, de piel oscura, que negaba su procedencia delincuencial, gatillera y cocalera, era el ‘pez gordo’ que buscaba como aguja en un pajar la Justicia del país suramericano.
La historia
Gerson estuvo preso desde 2003 en Perú por narcotráfico y homicidio, pero en 2014 un Juez le concedió libertad provisional. El temido delincuente, después de once años de estar tras las rejas, tenía que permanecer encerrado en su casa. No obstante, sacó sus alas y terminó en Ecuador. La Justicia en Perú encendió las alarmas y pidió a países vecinos estar atentos.
Alias Caracol se paseó por Guayaquil, Manta, Esmeralda y Quito entre 2014 y 2016 donde montó su empresa criminal que movía droga entre Perú y Ecuador. El cerco fue tan grande que emigró del país de Rafael Correa y pisó tierra colombiana. Llegó en bus- han indagado las autoridades- a mediados de marzo de 2016 a Pasto, luego visitó Popayán y después Cali.
Sin embargo, el 27 de abril de 2016 arribó a Medellín. Su principal objetivo: instaurar una empresa criminal que moviera droga desde Colombia hacia Centro América y Europa. Y el mal llamado ‘Clan Úsuga’ y la Oficina de Envigado, eran sus socios perfectos. El secundario: conquistar a la mesera de un restaurante del poblado, a quien conoció y anheló ‘pescarle’ su corazón.
El director general de la Policía de Perú, Vicente Romero, timbró al teléfono del director de la Policía en Colombia, general Jorge Humberto Nieto, y le reportó que el capo más buscado en su país se escondía en Colombia, en territorio paisa. Envío la foto del narcotraficante, la de la mujer e informó que frecuentaba El Poblado.
Uniformados de la Policía empezaron a moverse en la zona. Y con la imagen de la mujer, la encontraron el jueves pasado. A ella la recogía el mismo taxi. E incluso, la esperaban hasta las 3:00 de la madrugada, cuando cerraban el restaurante, para movilizarla hasta su casa. Era cortesía de ‘Caracol’, y el auto era conducido por un colombiano y un venezolano.
Las carreras en taxi- el mismo de siempre- tardaron dos días. Y por esto, la Dijín optó por instalar personal infiltrado para que siguiera al auto y otro para pisarle los talones a la chica.
El sábado en la mañana- horas antes de la captura de Gerson- los policías observaron al taxi moverse entre floristerías, boutiques exclusivas y spa reconocidos en Medellín.
No obstante, a las 2:00 de la tarde del sábado pasado, el taxi retornó al Spa, uno de los conductores sacó una cita (para la mujer), y después terminó en una boutique. Los conductores salieron con bolsas, lo que hizo suponer que eran regalos del capo para la dama. Y así fue.
A las 4:00 de la tarde, Gerson llegó al centro comercial y allá le cayeron las autoridades. Él se declaró inocente, les dijo a los policías que era turista peruano, que estaba planeando una cena romántica y que se hospedaba en el Hotel Dan Cartón en Medellín.
“Es un certero golpe contra el crimen transnacional. Ninguna nación del hemisferio será refugio de narcotraficantes”, concluyó el general Jorge Nieto cuando le entregó a su homólogo al capo en la base de Antinarcóticos de la Policía en Bogotá.



