Orden Público

Yo sí llamé a los medios, les advertí, los amenace: Noemí Sanín

Esa fue la respuesta que dio la exministra de Comunicaciones a la fiscalía al ser preguntada si hubo una censura durante la toma y retoma del Palacio de Justicia

Sanín no tendrá que pedir perdón, pero sí explicar su responsabilidad en la retoma del Palacio de Justicia. / Colprensa.

Sanín no tendrá que pedir perdón, pero sí explicar su responsabilidad en la retoma del Palacio de Justicia. / Colprensa.

Bogotá

En el audio de la diligencia, que fue publicado por Caracol TV, Noemí Sanín respondió a preguntas sobre si existió un pacto de silencio para no contar lo que realmente ocurrió el 6 y 7 de noviembre de 1985 cuando un reducto del M-19 se tomó la sede de la Corte Suprema y el Consejo de Estado.

“Eso es una canallada… la calumnia peor que se me puede hacer” aseguró la exministra, para quien una afirmación en ese sentido no deja de ser más que una infamia. “yo sería incapaz”.

Ante la pregunta se su hubo censura a los medios para que informaran lo que ocurría en la sede del Palacio de Justicia Sanín afirmó: “Yo sí llamé a los medios, le advertí a los medios, los amenacé, les mandé comunicados porque era la vida de los rehenes y era mi obligación constitucional y legal velar por la vida de ellos, pero censura nunca hubo. Nunca apagué un transmisor”.

Frente a la pregunta de si el entonces presidente Belisario Betancur preguntó por los rehenes, Sanín aseguró que lo hizo en varias oportunidades al ministro de Defensa de la época, general Miguel Vega Uribe.

“Donde están los rehenes, me pueden garantizar la vida de los rehenes”, habrían sido alguna de las preguntas del entonces mandatario.

Cuando el fiscal del caso indagó qué respondió el general Vega, la exministra Sanín precisó: “que había algún riesgo, pero que más grande era el riesgo si no se hacía la operación”.

Señaló que el presidente Betancur y sus ministros escucharon las palabras del presidente de la Corte Suprema, Alfonso Reyes, pidiendo el alto el fuego y advirtiendo que los iban a matar.

Durante la diligencia dijo que frente a la angustia por la suerte de los rehenes del M-19 ella llamó a las embajadas de EEUU e Israel para consultar si existía algún gas que pudieran ingresar por las tuberías para que todas las personas que estaban en el edificio cayeran dormidos.

“Me humillaron un poco, me sentí incómoda, porque me dijeron que si yo veía muchas películas de James Bond”.

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