Política

Los otros líos del Mira

Análisis de los problemas que afectan al Mira más allá de la polémica por la posición de su iglesia ante discapacitados.

En Colombia a los partidos políticos por lo general se les ataca por clientelistas, estar de espaldas a la opinión, tener personas cuestionadas en sus filas y por la falta de democracia en su interior, pero pocas veces por temas de credo religioso. Hoy, por primera vez, la amalgama política – religión tiene a un partido, el Mira, en el ojo del Huracán no solo por tomar decisiones discriminatorias sino también por manejos poco claros de los dineros que recogen de sus seguidores. El problema del Mira es ese: no hay diferencias claras entre el Partido y la Iglesia, que se maneja por medio de un complejo entramado familiar que explica muchas de las cosas que han salido a la luz pública. La señora María Luisa Piraquive –quien se quedó con la Iglesia al morir su esposo en 1996, pese a que las normas prohibían que una mujer fuera su cabeza—es la mamá de la senadora Alexandra Moreno, y tía del senador Manuel Virguez Piraquive mientras que el senador Carlos Baena está casado con una sobrina de la jefe de la Iglesia Dios Ministerial de Jesuscristo, que decidió agregarle el Internacional al morir su fundador. Al interior de la Iglesia la familia también se ha repartido las jerarquías. Baena y la senadora Moreno, con la bendición de la pastora, habían manejado con relativa armonía su relación política, con acuerdos como que ella fuera la cabeza de lista al Senado y él jefe del Partido. En este período que está acabando esa relación se deterioró por posiciones dogmáticas como la ley antidiscriminación, promovida por Baena, posición en que no lo acompañó su compañera que jamás estuvo de acuerdo con que se incluyera el tema de los gay

También hubo fracturas por dos temas más. Baena apoyó a la senadora para que fuera vicepresidenta del Senado en 2010, pero ésta se lo negó cuando el jefe de Mira intentó estar en las directivas de la Comisión Sexta. La otra distancia es el manejo de la gobernación del Caquetá, cargo en poder de ese partido, donde el mandatario local tiene el respaldo de Baena pese a los cuestionamientos contra el gobernador. El grupo de seguidores de la senadora cree que el gobernador es un títere que nombra gente de la cuerda de Baena, de fuera del Caquetá, para ayudarle electoralmente. Todas estas situaciones fueron ahondando las diferencias y junto con otros hechos que la gente del MIRA prefiere no ventilar –el silencio es su estrategia—llevaron a la senadora a no aspirar en el 2014. Mientras el Mira calla y los pastores azuzan a sus seguidores a salir a la calle a defender a la jefe de su Iglesia, la opinión le empieza a pasar una cuenta de cobro que puede salirle cara. Las denuncias conocidas hasta ahora, sin que ninguno desde adentro salga a explicar, podrían ahuyentar a los votantes que sin ser de esa iglesia veían con simpatía el trabajo de sus congresistas.

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