Las etapas básicas de una relación sexual
Ya he planteado anteriormente que las relaciones sexuales en una pareja estable (no interesa si son novios, esposos o amantes) son la forma más sublime de comunicación entre ellos.
Y es que no se puede estar más cerca de otra persona, ni física ni emocionalmente, que cuando se tiene una relación sexual con aquella persona a la que se ama; no se puede estar más entregado y sometido que en esos momentos íntimos cuando nos abandonamos al placer propio y al de la otra persona
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Sin embargo, sorprende que muy rápidamente –y tal vez al desgastarse la química inicial o al permitir la monotonía- una relación sexual que podría, al principio, tener al menos tres deliciosas etapas se convierte en una sola de trámite coital para la liberación y descarga del deseo biológico
Es que, en su origen, la pareja disfrutó seguramente de relaciones sexuales que constaban de un juego previo de insinuación, picardía y caricias; luego de la interacción coital y, por último, de aquel largo e inigualable momento de laxitud y descanso; tal vez abrazados y piel a piel
Es frustrante pensar que, al descuidarnos, nuestra vida sexual se convertirá en ese mencionado trámite para el cumplimiento de una supuesta obligación de pareja en la que uno de los dos “le presta” al otro su aparato sexual para que desahogue ese insoportable instinto tan animal y primario que llamamos “ganas”
Para aquellos a quienes ni siquiera se les ha ocurrido disfrutar de la manera humana su vida sexual; pero también para aquellos que la abandonaron y que, en uno u otro caso, actualmente se conforman con el trámite me permito invitarlos a que disfruten de relaciones sexuales inteligentes, satisfactorias y plenas
La sexualidad en el ser humano no está disponible exclusivamente para reproducirse, como tal vez sí lo sea aún para el resto de animales y plantas. Nuestra sexualidad nos permite disfrutar día a día del mayor placer biológico que se pueda experimentar (un orgasmo); también del mayor placer emocional y sentimental posible (la compleción de pareja); es una fuente casi inagotable de bienestar puesto que cada actividad sexual adecuada nos libera hormonas protectoras que fortalecen nuestro sistema inmunológico y es un ejercicio saludable que mantiene tónicos todos los sistemas del organismo. Y se puede decir además, a su favor, que es casi gratuito y de libre disposición
Revisemos y renovemos cada etapa de nuestra actividad sexual.