Fútbol

La melancolía de Schweinsteiger, después de la clasificación

Tras la victoria ante Dinamarca, Bastian Schweinsteiger sorprendió el aparecer ante las cámaras de la televisión alemana dando muestras de una extraña melancolía.

La melancolía de Schweinsteiger, después de la clasificación

Es posible que se trate de los fantasmas del pasado o acaso sea el reflejo de una temporada que para él ha sido maldita aunque podría darle la vuelta en esta Eurocopa. En todo caso, tras la victoria ante Dinamarca, Bastian Schweinsteiger sorprendió el aparecer ante las cámaras de la televisión alemana dando muestras de una extraña melancolía

Su rostro y el tono de su voz parecía los de alguien que acabara de salvarse de un naufragio y no los del líder del único equipo que ha hecho y hará pleno en la primera ronda de la Eurocopa

"Sí, claro que estamos contentos", respondió Schweinsteiger cuando el entrevistador le dijo que esperaba un poco más de emoción en sus respuestas tras haber logrado tres victorias en tres partidos en el llamado grupo de la muerte

"Pero estoy agotado, tuve que correr demasiado y eso no tenía por qué haber sido así", explicó

El partido contra Dinamarca era extraño desde el comienzo. Tras dos victorias en la fase de grupos, sobre todo si son dos triunfos ante los equipos que se consideran más peligrosos, normalmente un equipo ya esta clasificado a la siguiente fase

Sin embargo, no era el caso de Alemania. La victoria de Dinamarca contra Holanda había complicado las cuentas del grupo y, aunque el equipo ya se sentía clasificado, necesitaba al menos un punto para estar seguro y una derrota podía dejarlo fuera

Lukas Podolski había dicho que era una sensación extraña no estar clasificado tras dos victorias y el seleccionador, Joachim Löw, admitió que desde el principio había sido un partido muy difícil porque no había nada que ganar y sí mucho que perder

El transcurso del partido, y el del compromiso paralelo entre Holanda y Portugal, hizo que esa situación se agudizara. Alemania habría debido liquidar el compromiso en la primera parte con las ocasiones que tuvo, de las que sólo una terminó en la red con el gol de Podolski

En un saque de esquina llegó el empate danés y en la segunda parte llegó la noticia de que Portugal estaba adelante en el marcador ante Holanda, con lo que un gol de Dinamarca podía dejar pro fuera a Alemania

"Tuvimos muchas ocasiones, no las aprovechamos, después vino el 1-1. Dinamarca tuvo dos ocasiones, ¿se imaginan lo que hubiera pasado si marcan?", dijo Schweinsteiger

"Afortunadamente Lars (Bender) marcó el segundo, fue un gran alivio", dijo Schweinsteiger

Normalmente, el paso a la siguiente ronda en un torneo con tres victorias de tres es más motivo de satisfacción que de "alivio". Lo que ocurría, sin embargo, era que la clasificación se daba por descontada y se veía sólo como un paso hacia la final que para este equipo se ha convertido casi en una obligación

La eliminación, y el fantasma, alcanzó a flotar sobre el estadio de Lviv cuando el partido estaba 1-1 y Dinamarca tuvo dos ocasiones gigantes. Hubiera sido una especie de catástrofe

Schweinsteiger lo sabía probablemente mejor que cualquier otro de los jugadores alemanes que estaba en el campo porque él y Podolski son los únicos superviviente de la última selección alemana que, hace ocho años en Portugal, tuvo que marcharse de un torneo tras la primera ronda

Un fracaso en la primera ronda de la Eurocopa en el pasado significó el fin de la era de tres seleccionadores alemanes. Jupp Derwall tuvo que marcharse en 1984, Erick Ribbeck en el 2000 y Rudi Völler anunció su dimisión en el 2004 alegando que tenía que venir un seleccionador que tuviera el crédito que él había perdido con la eliminación

Caer en la primera ronda lo hubiera puesto todo en duda, y Schweinsteiger, que vivió la catástrofe de 2004, lo sabía

Además de esos fantasmas del pasado, a Schweinsteiger tal vez le perseguían también sus fantasmas personales de esta temporada, en la que las lesiones se ensañaron con él y en la que con el Bayern no obtuvo ningún título, sino que terminó en una melancólica colección de segundos lugares

El momento más bajo sin duda fue su fallo en la definición por penaltis ante el Chelsea en la final de la Liga de Campeones. Muchos llegaron a preguntarse si después de ello Schweinsteiger no habría quedado roto psicológicamente

A la Eurocopa se llegó con las expectativas por los cielos. La meta es el título. Eso aumenta la presión y eso hace tal vez que victorias apretadas sólo dejen un alivio melancólico.

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