Fernando Botero lamenta el robo de sus estatuas y advierte que se irá de Italia si no hay seguridad

El pintor y escultor colombiano Fernando Botero se declaró muy afectado por el robo de siete esculturas en un taller de fundición en la localidad italiana de Pietrasanta. Botero dijo que se siente como un objetivo de los ladrones y no descartó la posibilidad de salir de Italia, si no hay protección para su trabajo.
En entrevista con Caracol Radio, Botero afirmó que esta advertencia no es un problema de emoción, sino práctico, en el sentido que hay fundiciones en Suiza o Alemania, donde ha trabajado, talleres que son más protegidas y más serios.
Botero fue víctima de un robo de siete estatuas, que había dejado en un taller de fundición de la localidad de Petrasanta, donde es usual este tipo de actividades artísticas.
"En Pietrasanta hay un ambiente asi como todo simpático, como que todo se pasa como entre amigos, como que todo el mundo tiene confianza en el otro, y eso es muy fácil para un ladrón apoderarse de algo, en cambio en una fundición en Lugano o en Berlín, donde ya he trabajado, son casas blindadas, ahí no entra nadie", señaló.
El escultor colombiano afirmó que este incidente le da un ambiente de inseguridad, a pesar de que lleva 30 años viviendo los veranos en Pietrasanta, Italia, ya que es una ciudad donde nunca se presenta un robo y donde puede dejar la puerta abierta.
El maestro Botero señaló a Caracol Radio que este año ya le habían robado dos esculturas en su casa, y ahora siete esculturas más, valoradas en unos tres millones y medio de dólares.
Dijo que quien le robo las obras debe ser un profesional, porque se llevaron no solamente los bronces, sino que se llevaron una escultura que estaba todavía en cera, "es decir que el que se lleva una escultura en cera sabe que eso se puede volver un bronce por el proceso de cera perdida".
Botero cree que ya lo pusieron en la mira porque es el único robo que han hecho este año en ese lugar y por eso tendrá que tomar medidas, entre ellas, la posibilidad de salir de Italia, si no hay seguridad.
Las esculturas son de unos 70 centímetros cada una y estaban listas para salir a una exposición en Montecarlo.
Afirmó que algo similar ya le había pasado hace doce años en una casa de Cajicá, donde le robaron un pequeño hombre a caballo, luego le hicieron una edición y ahora lo ve "hasta en la sopa".