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El hombre volverá a la Luna en 2018

El ser humano volverá a pisar la Luna en 2018, casi 50 años después de que Neil Armstrong levantase por primera vez polvo lunar, gracias a un nuevo vehículo que sustituirá a los transbordadores espaciales, anunció la NASA.

El ser humano volverá a pisar la Luna en 2018, casi 50 años después de que Neil Armstrong levantase por primera vez polvo lunar, gracias a un nuevo vehículo que sustituirá a los transbordadores espaciales, anunció la NASA.
Esta vez los astronautas no sólo se harán unas fotos, tomarán piedras y volverán a casa. La Agencia Espacial de EEUU planea establecer una base permanente en la superficie del satélite.
El director de la NASA, Michael Griffin, estimó el costo de este sueño en unos 104.000 millones de dólares, en una rueda de prensa en la que explicó los planes espaciales de su agencia a medio y largo plazo.
Pero el Congreso de EEUU está poco para sueños y más para las realidades del costo de la guerra en Irak y la reconstrucción tras el paso del huracán Katrina, que asoló Luisiana, Alabama y Misisipi el 29 de agosto y que se calcula que supondrá 200.000 millones al erario público.
No obstante, Griffin resaltó que el programa costará un 55 por ciento menos, descontada la inflación, que el Apolo, un proyecto de ocho años cuyo momento culminante fue el aterrizaje en la Luna el 20 de julio de 1969, en la misión número 11.
El hombre pisó la Luna por última vez durante la misión 17 de Apolo, en 1972.
"Habrá otros muchos huracanes y muchos desastres naturales en Estados Unidos y el mundo en ese período", dijo. "Debemos lidiar con los problemas de corto plazo sin sacrificar nuestra inversión a largo plazo en el futuro", se defendió Griffin.
Las nuevas naves, llamadas "Vehículos Exploratorios Tripulados", volverán un diseño parecido al del Apolo, ya que la nave estará situada en el extremo superior de los cohetes propulsores.
"Será parecido al Apolo, pero mucho más grande", dijo Griffin. "Imagínense al Apolo con esteroides". Podrá llevar a la Luna a cuatro tripulantes, en lugar de los tres de su antecesor, y mantenerse en la órbita lunar durante seis meses.
Los astronautas podrán pasar entre cuatro y siete días en la superficie del satélite y dejarán allí la mitad inferior del vehículo de alunizaje, que servirá como base permanente para viajes sucesivos.
Con el nuevo diseño de la propulsión se evitarán los problemas de que losetas de aislamiento desprendidas puedan dañar la superficie de la nave, como ha ocurrido con los transbordadores, que van montados encima del tanque de combustible.
Un accidente de esas características provocó la destrucción del "Columbia" en 2003 y la reparación en órbita del "Discovery" en agosto, tras lo cual la NASA suspendió las misiones tripuladas al espacio.
Además, en caso de una explosión o un incendio durante el despegue, en la nueva nave la cápsula donde viajan los tripulantes podría desprenderse y aterrizar por sí sola con paracaídas.
Incluso si la Agencia resuelve los problemas técnicos de los tres transbordadores que le quedan, está previsto que dejen de viajar en 2010, mientras que el nuevo vehículo estaría listo para 2012.
El plan de la NASA también prevé que las nuevas naves lleven personal y suministros a la Estación Espacial Internacional hasta seis veces al año.
Actualmente, la estación "Alfa" se mantiene con los viajes de los cohetes Soyuz rusos.
El plan desvelado hoy es una respuesta al desafío lanzado en enero de 2004 por el presidente de EEUU, George W. Bush, de volver a la Luna y enviar seres humanos a Marte.
La Agencia pretende usar el mismo vehículo para llegar a ambos cuerpos celestes, aunque para el planeta rojo no se ha marcado fecha aún, según Griffin.
No obstante, ese objetivo se tiene en cuenta en su diseño. Tanto la cápsula que estará en órbita como el vehículo que alunizará usarán metano líquido como combustible, que un día podrá ser extraído de Marte.