Era necesario pasar muchos meses encerradas en piyama -o en su defecto l<em>eggins</em>-, para tratar de encontrar las respuestas a esas preguntas que se nos empezaron a pasar por la cabeza: <em>¿por qué nos queda tan difícil decidir si queremos ser mamás o no? ¿Por qué tenemos que ser –o estar– siempre “lindas”? ¿Por qué nos hacen sentir “viejas” tan pronto nos sale nuestra primera cana? </em>Estas desencadenaron muchas más preguntas que tratamos de resolver en nuestro nuevo libro <strong>‘Con fecha de vencimiento’.</strong>Nuestro libro anterior, <strong><a href="http://susanayelvira.com/libros/lo-entendimos-todo-mal/" target="_blank">‘Lo entendimos todo mal’</a>,</strong> fue un ejercicio empoderador, de mirarnos a nosotras mismas (como individuos) y meternos en la cabeza que somos nuestras propias dueñas y responsables de nuestras decisiones. Una especie de lectura liberal donde nada más influye en nuestra suerte que nosotros mismos. En <strong>‘Con fecha de vencimiento’</strong> quisimos dar un paso más allá: dejar de mirarnos el ombligo para poder entender las realidades que hacen que nuestro paso por el mundo y las decisiones para sortearlo, no sean tan fáciles como alguna vez creímos. Y para esto nos tocó investigar, investigar e investigar, para poder cuestionar, entender, cuestionar un poco más, ponernos furiosas y hacer terapia de grupo para no tirar la toalla en la mitad del camino.Cuestionamos entonces los estándares de belleza que desempoderan a las que no nos vemos como modelos de catálogo. O que nos dicen que la mayoría de mujeres que poblamos esta tierra somos “plus size”. Pero volvamos a las modelos de catálogo. ¿Acaso ser 'lindas' es medir 1.80, pesar 42 kilos y tener tres toneladas de pelo? ¿La belleza es salud? ¿O sea que si yo me veo más como Amy Schumer que como Kate Moss no soy saludable?En nuestro exorcismo también cuestionamos la idea de la juventud. ¿Qué es ser 'vieja'? ¿Por qué todo lo que tenga un tufillo de edad lo vemos como algo malo? ¿Qué va a hacer Kim Kardashian cuando se vea más vieja que su mamá? ¿Por qué a una mujer no se le pregunta la edad?Y por último, tratamos de resolver nuestra gran duda: ¿por qué a estas alturas no sabemos si queremos ser mamás? ¿Sobre todo, si todo y todos nos dicen que a nuestra edad nuestros óvulos parecen más uvas pasas que uvas de año nuevo? Ya deberíamos tener una certeza: o queremos serlo o no queremos serlo. Pero tenemos más dudas que Meredith Brooks cuando escribió su <a href="https://www.youtube.com/watch?v=rhfiiGGy7Ls" target="_blank">one hit wonder</a> en los noventa. Nos topamos entonces con muchas respuestas que demuestran que todavía nos queda un camino muy largo por recorrer en esta cacareada liberación: “nosotras, tan informadas y conscientes de nuestras propias limitaciones no sabemos si queremos tener hijos porque esta sociedad nos hace muy difícil el ejercicio de ser madres”.¿Sabían por ejemplo que en Colombia las mujeres que son madres ganan en promedio 17.6% menos que las no madres? ¿Y qué las mujeres en el mundo ganan un 22,9% menos que los hombres con igual nivel de educación y que ocupan el mismo cargo? Claro, porque las mujeres somos profesionales, cuidadoras, amas de casa, mamás, esposas. Todo a la vez, y queremos tenerlo todo. Pero no podemos hacerlo solas, nadando en contra de la corriente, creyendo que las cosas van a cambiar porque ahora el esposo tiende la cama dos días a la semana.<a href="http://susanayelvira.com/blog/2016/04/con-fecha-de-vencimiento-nuestro-nuevo-libro/" target="_blank"><strong>‘Con fecha de vencimiento’</strong></a> estará disponible en todas las librerías de Colombia desde mediados de abril de 2016.