Puskas Futbolista perfecto entrenador milagroso
La Revista Digital AS Color le rinde un homenaje a Puskas, el mejor artillero de la historia

Ni siquiera le valieron dos carreras en una, gloriosas ambas. Diríamos que le falló el marketing, de haber existido tal cosa. O la televisión, perezosa todavía. O que le traicionó la parte más débil del fútbol: la memoria. Cada vez que alguien menciona a los dioses del fútbol y olvida a Puskas, cosa habitual, comete una injusticia histórica. Aunque quizá la explicación sea todavía más retorcida. Además de un artillero incomparable y de un futbolista único, Puskas era, según cuentan, una persona excepcional. Tal vez eso, que le hizo inolvidable para quienes lo frecuentaron, arruinó su recuerdo para los demás. Se construyen mejores leyendas alrededor de tipos excesivos, caprichosos o egocéntricos. La bondad se entiende, demasiadas veces, como la virtud de quien no tiene otras
Sí, Puskas compartía el moderado perfil de los bondadosos. Y, durante un tiempo, también compartía con tantos hombres eso que llamamos benévolamente curva de la felicidad, pero que en realidad es barriga rebosante. Asociar a Puskas con su tripa antes que con su zurda es otra equivocación histórica, expansiva y juvenil. Puskas no se abandonó: se retiró. O para ser más precisos, le retiraron



