La historia del nuevo embajador en el Zoo de Barranquilla
El oso de anteojos estuvo al cuidado de unos mineros en el sur de Bolívar
El pequeño oso de anteojos, de aproximadamente un año de edad, llegó al Zoologico de Barranquilla procedente de Santa Rosa del Sur, Bolívar, en donde fue cuidado por unos mineros al encontrarlo junto a su madre fallecida, en un bosque de la Serranía San Lucas.
El oso vivió con los mineros, se alimentaba con su comida y jugaba con ellos, hasta que se hizo más grande y fuerte. En ese momento contactaron a la Corporación Autónoma Regional del Sur de Bolívar, la cual evaluó al animal y determinó que no podía regresar a su hábitat ya que su madre no alcanzó a enseñarle las habilidades para sobrevivir a la naturaleza.
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En diciembre del año 2021, un grupo de veterinarios y biólogos del Zoo, junto con los profesionales de esta autoridad ambiental, fueron a buscar al oso. Desde su llegada, ha recibido cuidados especializados, atención médica veterinaria permanente, nutrición adecuada diseñada por zootecnistas y experiencias creadas por biólogos y cuidadores para estimular sus habilidades naturales.
El Zoo se ha inspirado en este nuevo embajador para celebrar el Día del Niño y contarles a los visitantes su historia, mientras aprenden de esta especie colombiana, que se encuentra en peligro de desaparecer.
En el Zoo viven también otros dos osos de anteojos adultos, una hembra que nació en Medellín, en el Parque de la Conservación, y llegó a Barranquilla en el año 1999, y un macho que nació bajo cuidados humanos en el año 1993, en la Reserva La Planada, en Nariño, y posteriormente fue trasladado a un recinto en otra reserva, en el que vivió durante 20 años, hasta que en el año 2017 fue entregado al Zoológico de Barranquilla para su cuidado.