Un niño indígena Embera falleció en el Parque Nacional de Bogotá
El niño tenía un año y 9 meses. La Secretaría de Salud lamentó su fallecimiento y ofreció ayuda a esa comunidad.
En la mañana de este domingo, un niño de la comunidad Embera, que permanece asentada desde hace dos meses en el Parque Nacional de Bogotá, falleció en el hospital San Ignacio, según confirmó el secretario de Salud de la ciudad, Alejandro Gómez.
“Tenía una condición de salud supremamente grave desde hace muchos días. No había sido posible su traslado porque no había voluntad por parte de su familia y del grupo social que lo acompañaba”, señaló el funcionario.
Según la Secretaría de Salud, desde el 18 de noviembre los indígenas no permitían la presencia de funcionarios del distrito, aunque se habilitó una ambulancia las 24 horas y equipos de monitoreo. Los médicos fueron alertados del caso de este niño, quien al ser atendido se encontró en paro cardiorrespiratorio.
Fue trasladado al Hospital San Ignacio, en donde se realizaron labores de reanimación por cerca de una hora, pero finalmente el niño falleció.
“Hace cinco semanas hemos propuesto el traslado de esta población a la sede de La Florida, a las afueras de la ciudad, que cuenta con baterías sanitarias y las condiciones higiénicas y de infraestructura necesarias para permanecer y pernoctar de manera más adecuada”, señaló Gómez.
El secretario de Salud reiteró el llamado a las partes para que acepten esta solución y desde el domingo se pueda iniciar el traslado. Las entidades distritales están buscando soluciones, pero, según dijo el secretario Gómez, se requiere de la voluntad de las partes para que acepten estas propuestas y se pueda evitar este tipo de situaciones tan dolorosas.
Caracol Radio habló con algunos indígenas asentados en el Parque Nacional, que ha reportado encharcamientos por las fuertes lluvias de las últimas semanas, agravando la crisis sanitaria en la zona.
Contrario a lo que dijo el secretario Gómez, Sandra Rosado, integrante del movimiento Autoridades Indígenas Bacatá, señaló que se había emitido una alerta advirtiendo de los problemas de salud que atraviesan más de 500 niños y niñas, como diarrea y desnutrición.
“Cuando iniciamos los diálogos con el Distrito, solicitamos una brigada de salud permanente en el Parque Nacional. Pero han pasado dos meses, no ha hecho presencia”, indicó Rosado. Reclamó que los indígenas están siendo estigmatizados y discriminados.
Por su parte, María Violet Medina Quiscué, indígena que habita la zona desde hace dos meses, dijo no estar de acuerdo con el traslado a La Florida porque sienten que habría una “invisibilidad” al problema que enfrentan estas comunidades. “No es un sitio seguro ni condiciones para habitarlo. ¿Por qué no buscan un lugar mejor? Hemos pedido baños portátiles, y nada”, indicó.