Un mes del secuestro del caballista huilense Arbey Vargas
Treinta días han permanecido familiares amigos sin conocer datos o pistas del paradero de Arbey Vargas.
Entre la incertidumbre y zozobra permanecen los padres, hijos y demás familiares del reconocido caballista y comerciante laboyano Arbey Vargas, quien desapareció en un punto de la vía que de Pitalito comunica con el municipio de Acevedo, al sur del departamento del Huila.
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Hoy, Julián Vargas, su hijo de 23 años, quien asumió las responsabilidad familiares y personales de su padre, desde el momento que se conoció se desaparición.
“Estamos a la espera de una llamada para poder entender lo que está sucediendo, a veces sentimos que no hay nada concreto en torno a la investigación, pero tenemos claro que no queremos intervenir en las investigaciones”, expresó Julián Vargas en Caracol Radio.
Según las autoridades, por garantía en los avances de la investigación
Para la familia del caballista plagiado cada hora, minuto y segundo de los días que pasan han sido difíciles de afrontar.
“Hemos superado varias etapas, al principio creíamos que era solo una pesadilla, han sido treinta noches sin poder dormir, con la esperanza de que esté nuevamente con nosotros”.
Arbey es recordado por ser un hijo excepcional, padre y amigo, responsable y con una capacidad de emprendimiento, que le permitió lograr un estatus de reconocimiento y respeto en el municipio de Pitalito.
Hoy viven en carne propia la familia Vargas vive uno de los flagelos que han azotado al país como lo es el secuestro.
“No teníamos conocimiento de ningún tipo de amenaza, ni disgusto que haya tenido mi papá con alguien relacionado con los negocios de mi papá. En realidad, empezamos a descartar varios aspectos, pero no logramos obtener ninguna respuesta”, afirma Julián.
Para Julián asumir el rol de tomar decisiones frente a su búsqueda y el asumir la responsabilidad familiar y comercial, que asumía su padre.
“Es difícil encontrar las palabras para decirle a mis abuelos y mis hermanos lo que pasa con mi papá, tomar decisiones y manejar las empresas de mi papá ha sido difícil”.
La familia de Arbey Vargas tiene la fe puesta en Dios, pues cada mañana despiertan con la esperanza de que las autoridades puedan regresar a Arbey nuevamente, al lado de su familia.