Educación

Montería

La educación superior empodera a los jóvenes en Córdoba

El aliado perfecto como herramienta de transformación, equidad, y desarrollo social

El programa de becas de Cerro Matoso fue creado en 2014. 31 jóvenes de distintas comunidades ya obtuvieron sus títulos profesionales, técnicos y tecnológicos.

El programa de becas de Cerro Matoso fue creado en 2014. 31 jóvenes de distintas comunidades ya obtuvieron sus títulos profesionales, técnicos y tecnológicos. / Cortesía: Cerro Matoso

En Colombia solo 52 de cada 100 jóvenes acceden a la Educación Superior técnica, tecnológica o universitaria, según cifras del Sistema de Información del Ministerio de Educación. Estos datos impactan, ya que evidencian la falta de disponibilidad de instituciones de educación superior en varias zonas del país. En Córdoba, el 76% de los estudiantes que terminan el bachillerato no tienen acceso a educación superior debido, principalmente, a la falta de recursos económicos.

A partir de esa realidad y, sustentada en el compromiso por el desarrollo económico, social e intelectual de la región, la empresa minera Cerro Matoso, preocupada por la educación y sus limitaciones en la zona, creó en 2014 el Programa de Becas para Educación Superior, que busca generar oportunidades de cambio reales y tangibles para los jóvenes, facilitándoles el acceso a la educación técnica, tecnológica y profesional.

Ricardo Gaviria, Presidente de Cerro Matoso, cree firmemente en el poder de esta iniciativa: “con este programa la empresa ha podido transformar la vida de muchos jóvenes y mostrarle con los años a los cordobeses el importante papel que cumple la minería en la vida de muchas personas de Colombia, capaz de generar un empoderamiento en las generaciones educadas, quienes son la semilla del progreso¨.

“En Cerro Matoso confiamos en el poder transformador de la educación. Por eso impulsamos el Programa de Becas y ya estamos recogiendo los primeros frutos”, asegura el presidente de la minera, Ricardo Gaviria. / Cortesía: Cerro Matoso

La educación: semilla del progreso

Con esta iniciativa, Cerro Matoso ha sembrado esta semilla en el Alto San Jorge, beneficiando con becas, en lo que va del programa, a 105 jóvenes e inculcándoles la idea de que la educación no tiene límites y, que el conocimiento y el emprendimiento, son ejes para el desarrollo regional.

Actualmente, 31 de los becados han culminado sus estudios en educación superior. El 43% ya finalizó carreras profesionales, entre las que se cuentan: Trabajo social, Administración de Empresas, Psicología, Ingeniería Industrial, Ingeniería Civil, Comunicación, Contaduría Pública y Pedagogía Infantil; el 37% carreras tecnológicas como Tecnología en Construcción y Gestión Contable y el 20% culminó carreras técnicas.

Los hoy graduados cuentan historias de éxito como empleados en empresas, líderes comunitarios y dueños de pequeños emprendimientos. Tal es el caso de Tatiana Fuentes, quien adelanta sus estudios de Trabajo Social, se desempeña como gobernadora del Cabildo Indígena de Bocas de Uré y ha tenido un papel destacado en su comunidad.

El COVID-19 y la virtualidad en el sistema educativo

Hoy, como consecuencia del COVID-19, el país ha experimentado cambios drásticos en las dinámicas sociales y económicas y el sistema educativo no es la excepción. Las instituciones educativas han tenido que buscar herramientas y mecanismos para reinventarse y seguir operando, por lo que han convertido la tecnología y la virtualidad en sus mejores aliados.

María Rodiño, de Torno Rojo, estudia Psicología gracias al programa de becas. Actualmente está haciendo prácticas en Gecelca y trabaja desde casa. / Cortesía: Cerro Matoso

Desde la ruralidad, estos cambios implican redoblar esfuerzos. Muchos de los jóvenes beneficiarios del Programa de Becas de Educación Superior, que han tenido algunos contratiempos con su conectividad, han visto en la compañía minera un aliado incondicional para resolverlos.

Una de ellas es María Rodiño, estudiante de Psicología y miembro de la Junta de Acción Comunal de Torno Rojo, quien desarrolla sus prácticas en el área de Responsabilidad Social Empresarial de Gecelca y relata: “Esta experiencia ha sido muy buena porque he tenido mucho apoyo por parte de mis jefas y de Cerro Matoso. Ahora, trabajando desde casa, me han brindado las herramientas necesarias y solo realizo las actividades que pueda desarrollar desde el computador, debido a que las actividades en campo se van a realizar cuando regrese presencialmente al área de trabajo”.

José Rivera, estudiante de Geología y miembro del Cabildo Indígena de Centroamérica asegura que “esta nueva realidad ha sido todo un reto más por ser mi primer semestre en la carrera. Sin embargo, hemos tenido un buen acompañamiento por parte de la universidad y de la Fundación Cerro Matoso. A veces es un poco complicado estudiar desde casa debido a los problemas de la señal con el internet, pero gracias a que la universidad graba las clases tengo la oportunidad de revisar luego la clase”.

Cerro Matoso no solo está comprometida con los jóvenes, sino que está convencida de que la educación es una herramienta de transformación, equidad y desarrollo social sin límites, que les permitirá a los jóvenes de la región empezar a renovar el liderazgo comunitario y a construir una sociedad unida, sin importar las situaciones de pandemia u otras que haya que enfrentar.

José Rivera, miembro del Cabildo Indígena de Centroamérica, estudia Geología en la Universidad Nacional gracias al programa de becas. / Cortesía: Cerro Matoso

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