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Especies marinas de la Bahía de Buenaventura afectadas por acumulación de mercurio

Camarones, Langostinos, jaibas y calamares hacen parte de las especies identificadas con alta concentración de la sustancia química

Especies marinas de la Bahía de Buenaventura afectadas por acumulación de mercurio

Especies marinas de la Bahía de Buenaventura afectadas por acumulación de mercurio / Foto Archivo Caracol Radio

Valle del Cauca

El alto contenido de mercurio descubierto en algunas especies marinas en la Baía de Buenaventura puso en alerta a las autoridades ambientales de la región.

Un estudio adelantado por la facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de Palmira concluyó que las condiciones físico-químicas como la salinidad pueden favorecer la concentración de mercurio en los macroinvertebrados de la Bahía.

Inicialmente los datos se tomaron en el primer semestre del año, época seca cuando el mar presenta más condiciones marinas; luego en el segundo semestre, cuando las condiciones son opuestas: mayor influencia de los ríos, más sedimento grueso bajando de los ríos, poca transparencia del agua, mayor profundidad, mayor materia orgánica y menor oxígeno disuelto.

La primera conclusión es que en el primer semestre del año hubo mayor diversidad de especies y cantidad de individuos, favorecida por la alta salinidad, pues no había gran aporte de agua dulce de los ríos al estuario, predominando las condiciones marinas de transparencia, alto porcentaje de oxígeno y poca cantidad de materia orgánica.

Se encontraron 17 especies de macroinvertebrados, en los que el grupo más abundante fue la jaiba, especie que no está condicionada por los cambios de salinidad, y poca cantidad de estrellas de mar, pues estas prefieren fondos duros y son marinas, mientras que en Buenaventura son fondos blandos por las influencias de los ríos.

También se hallaron especies de camarones de interés comercial, como el camarón tigre y otros langostinos. La proporción de estos fue menor, pues usan el estuario como sala cuna en la que crecen las larvas, y en estado juvenil migran a las zonas marinas para reproducirse, explicó Diego Esteban Gamboa, estudiante de la Maestría en Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional Sede Palmira.

El estudio en jaibas determinó individuos con concentraciones mayores a 0,75 ppm (partes por millón) en músculo en peso seco, sobrepasando el límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud para consumo que es de 0,2 ppm para población vulnerable: mujeres embarazadas, niños, ancianos y personas que consumen pescado frecuentemente; de igual manera superó los 0,5 ppm valor recomendado para población no vulnerable.

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