Corte Suprema de Brasil confirma prisión preventiva para Bolsonaro tras quemar tobillera electrónica
Por unanimidad, el alto tribunal respaldó la decisión de convertir la detención domiciliaria en prisión preventiva y ordenar el encarcelamiento de Bolsonaro.

(FILES) Former Brazilian President (2019-2022) Jair Bolsonaro leaves the DF Star hospital in Brasilia on September 14, 2025, after undergoing a series of medical examinations, as he remains under house arrest. Former Brazilian president Jair Bolsonaro's lawyers on October 27, 2025, filed an appeal against his 27-year prison sentence for a botched coup bid after his 2022 election loss. (Photo by Pablo PORCIUNCULA / AFP) / PABLO PORCIUNCULA
La Sala Primera de la Corte Suprema de Brasil, por unanimidad, confirmó la orden de detención preventiva dictada el sábado contra el expresidente Jair Bolsonaro, que lo mantiene preso en la sede de la Policía Federal en Brasilia tras intentar quemar la tobillera electrónica con la que se le controlaban los movimientos.
Los cuatro miembros de la sala respaldaron la decisión de convertir la detención domiciliaria en prisión preventiva y ordenar el encarcelamiento de Bolsonaro, dictada por el magistrado Alexandre de Moraes, instructor del proceso en el que el líder de la ultraderecha fue condenado a 27 años de cárcel por golpismo.
El primero en votar fue el propio Moraes, quien ordenó el sábado el traslado del expresidente a una celda en la sede de la Policía Federal por considerar que había “riesgo de fuga”.
De acuerdo con el magistrado instructor del proceso contra Bolsonaro, el jefe de Estado de Brasil entre 2019 y 2022 violó “dolosa y conscientemente” la tobillera electrónica que se le había impuesto como medida cautelar mientras permanecía en prisión domiciliaria.
Los magistrados Flávio Dino y Cristiano Zanin, ambos postulados como miembros del Supremo por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, de quien el primero era ministro de Justicia y el segundo abogado personal, también se pronunciaron con voto favorable.
La última en pronunciarse en un juicio virtual que duró menos de cuatro horas fue la magistrada Cármen Lúcia Antunes, quien respaldó la decisión de sus colegas.
Bolsonaro detrás de las rejas en la Policía de Brasilia por intentar quemar la tobillera
Según Moraes, en el interrogatorio al que fue sometido el domingo, el líder ultraderechista nuevamente confesó que inutilizó la tobillera, con lo que cometió una “falta grave” y dejó de cumplir claramente una medida cautelar y le “faltó al respeto a la Justicia”.
Para el juez, esa violación tiene la intención de obstruir la fiscalización de la detención domiciliar, lo que confirma un “riesgo inminente de fuga”.
De igual forma, alegó que la convocatoria de sus seguidores a una vigilia en las proximidades de la residencia de Bolsonaro también constituye una demostración del riesgo de fuga.
Sobre la posible manifestación, el magistrado Flávio Dino afirmó que “la experiencia reciente demuestra que grupos movilizados en torno al condenado, frecuentemente actuando de forma descontrolada, pueden repetir conductas similares a las del 8 de enero”.
Dino se refirió a la intentona golpista del 8 de enero de 2023 por la que fue condenado Bolsonaro. Miles de sus seguidores asaltaron las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema en un intento de forzar un golpe de Estado contra Lula.
“No se descarta, incluso, la hipótesis de intento de ingreso a la residencia del condenado, lo que puede provocar incidentes con los agentes de Policía responsables por su custodia”, alegó Dino.
Bolsonaro reconoció haber quemado con un soldador la tobillera impuesta por el Supremo para controlar sus movimientos, pero enfatizó que su intención no era fugarse, sino que dicho comportamiento se debió a un episodio de “paranoia” y “alucinaciones” producido por la mezcla de medicamentos.
Bolsonaro, que cumplía prisión domiciliaria desde agosto, achacó sus acciones a los efectos colaterales de haber mezclado pregabalina (antiepiléptico) y sertralina (antidepresivo), según el informe de la audiencia.
El exgobernante, de 70 años, arrastra problemas de salud, como crisis de ansiedad, episodios de hipo y vómitos, trastornos que atribuye a la grave puñalada que sufrió en la campaña electoral de 2018 y que le ha obligado a pasar varias veces por el quirófano.



