Defensoría del Pueblo reconoció el trabajo de personas que han luchado por la memoria de Armero
En el marco de la conmemoración de los 40 años de la tragedia de Armero se rindió homenaje a mujeres y hombres que encarnan la fuerza, la memoria y la dignidad del pueblo armerita en un acto que se desarrolló en el antiguo Armero.

Defensoría del Pueblo reconoció el trabajo de personas que han luchado por la memoria de Armero
Ibagué
Según conoció Caracol Radio este reconocimiento fue entregado por los propios armeritas porque representan la voz colectiva de una comunidad que no se rinde, que resiste y que mantiene viva la memoria de Armero.
Según la defensora del Pueblo Iris Marín, más que un homenaje individual, este acto es un reconocimiento colectivo. Se honra a los miles que ya no están y a los miles que hoy quedan, como sobrevivientes de la tragedia y defensores de la vida.
Además, Marín exaltó el liderazgo como una forma viva de la defensa de los derechos. Cuarenta años después de aquel 13 de noviembre de 1985, Armero sigue hablándole al país.
Ellos representan la voz colectiva de los armeritas
Esperanza Tovar Cala es defensora de derechos patrimoniales y memoria del territorio. Abogada armerita y lideresa comunitaria comprometida con la exigibilidad de derechos individuales y colectivos de las personas sobrevivientes. Desde Fedearmero ha impulsado la defensa del territorio como parte de la reparación integral, así como ejercicios de memoria pública, organización y participación comunitaria que buscan garantizar el derecho al arraigo, la verdad histórica y la no repetición. Su liderazgo ha contribuido a mantener viva la lucha por el cumplimiento de la Ley 1632 de 2013 “Ley de Honores a Armero”.
Francisco José González Cortés, Director de la Fundación Armando Armero, escritor, gestor cultural y defensor de los derechos a la memoria, la identidad y la verdad histórica de la comunidad armerita. Ha liderado por más de una década la reconstrucción del territorio simbólico de Armero mediante proyectos como ´Niños Perdidos de Armero´ que han contribuido al reencuentro familiar y a la dignificación de las víctimas de la tragedia de 1985. Su labor ha sido reconocida nacional e internacionalmente por promover la justicia memorial, el patrimonio cultural y el Buen Futuro como principio de garantía de derechos.
Carmen Julia Moreno, Pionera de la salud mental comunitaria y acompañamiento humanitario, enfermera y lideresa comunitaria con más de cuatro décadas de entrega al cuidado en salud y al acompañamiento de personas sobrevivientes. Tras el desastre, transformó el dolor colectivo en una vocación de servicio basada en la empatía, la escucha y la dignidad humana. Ha promovido espacios de organización de usuarios y procesos comunitarios para garantizar el derecho a la salud mental y el bienestar social en contextos de vulnerabilidad prolongada.
Manuel García López, profesor emérito de la Universidad Nacional y fundador de la Universidad Escuela Colombiana de Ingeniería, oriundo de Armero, es un profundo conocedor del territorio armerita y de toda la región. Es Ingeniero Civil de la Universidad Nacional de Colombia, Magister en Ingeniería Civil de la Universidad de Purdue (USA), con especializaciones en Mecánica de Suelos e Ingeniería de Cimentaciones y en Mecánica de Rocas. Profesor Emérito de la Universidad Nacional de Colombia, Cofundador y Profesor Titular de la Universidad Escuela Colombiana de Ingeniería, Director Técnico de Ingeniería y Geotecnia SAS y mentor de incontables generaciones de geotecnistas. Cuenta con más de 30 reconocimientos de instituciones tanto nacionales como internacionales. Se destaca, además de su don de gentes, por su incansable labor en geotecnia, en particular con todo lo relacionado con la estabilidad de taludes y laderas y seguridad de proyectos lineales.
Edilma Loaiza, defensora de derechos de personas con discapacidad sobrevivientes del desastre, Sobreviviente armerita y lideresa comunitaria que ha dedicado su trayectoria a la defensa de los derechos, autonomía y dignidad de las personas con discapacidad. Ha impulsado acciones para visibilizar sus necesidades, exigir respuestas institucionales y fortalecer la resiliencia individual y colectiva, contribuyendo a una sociedad más justa e incluyente para quienes enfrentan barreras físicas, sociales y culturales derivadas del desastre.



