Afganistán está bajo riesgo de sufrir epidemias tras brotes de malaria y diarrea
La Organización Mundial de la Salud advierte que la falta de ayudas humanitarias agrava la atención a la población, que ya requería ayudas para sobrevivir antes del terremoto.

Personas tras el terremoto en Afganistán. (Photo by Stringer/Anadolu via Getty Images) / Anadolu
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre el creciente riesgo de epidemias entre los supervivientes del terremoto en Afganistán, tras detectar los primeros brotes de enfermedades infecciosas como diarrea acuosa aguda y malaria en la devastada provincia de Kunar.
Según el último informe de la OMS, entre el 2 y el 6 de septiembre se han detectado 155 casos de enfermedades en la zona, incluyendo 77 de infección respiratoria aguda, 61 de diarrea acuosa aguda y 17 de malaria.
La organización expresó su preocupación después de que una prueba de diagnóstico rápido para la diarrea acuosa aguda diera positivo, muestra que ya ha sido enviada a un laboratorio regional para confirmar si se trata de un caso de cólera.
La OMS atribuye el aumento del riesgo de brotes a las “condiciones de hacinamiento en los refugios, el agua no segura y las malas condiciones de vida” que enfrentan los damnificados. La destrucción de más de 6.700 viviendas ha dejado a unas 84.000 personas en una situación de extrema vulnerabilidad.
En respuesta a la amenaza, la OMS ha desplegado 17 equipos de vigilancia epidemiológica en las cuatro provincias afectadas y ha distribuido suministros médicos para hacer frente a la emergencia.
La agencia de la ONU informó de que ya ha dispuesto “kits para brotes epidémicos para 3.000 casos” y ha entregado “40 kits de cólera” en la región, en un esfuerzo por contener la propagación de enfermedades.
La catástrofe
Esta “segunda ola” de la catástrofe amenaza a una población atendida por un sistema sanitario que ya estaba “frágil y con recursos insuficientes” antes del terremoto, lo que agrava la dificultad para gestionar la emergencia sanitaria.
El terremoto de magnitud 6.0 que sacudió el este de Afganistán el pasado 31 de agosto ha sido el más mortífero en el país en casi tres décadas, con un balance de más de 2.205 muertos, 3.640 heridos y casi 7.000 viviendas destruidas.
La catástrofe golpeó a una nación extremadamente vulnerable, con un sistema sanitario debilitado por la falta de fondos y en un país donde casi la mitad de la población ya dependía de la ayuda humanitaria para sobrevivir.
La asistencia a los 84.000 damnificados se ha visto complicada por la geografía montañosa de la región y el bloqueo de carreteras por los desprendimientos, dificultando el acceso de los equipos de emergencia a las aldeas más remotas.
Problemas logísticos
La evacuación de los heridos más graves por el terremoto en Afganistán está siendo severamente obstaculizada por un sistema de ambulancias y traslado de pacientes “débil y con recursos insuficientes”, según ha advertido la Organización Mundial de la Salud.

Más de 800 personas murieron y otras 2.000 habían resultado heridas en los distritos de Nur Gul, Soki, Watpur, Manogi y Chapadare, cuando un sismo de magnitud 6,0 y una potente réplica estremecieron el este de Afganistán, informó el gobierno provincial de Nangarhar. (Foto: OMER ABRAR/AFP via Getty Images) / OMER ABRAR
En su último informe sobre la catástrofe, la OMS detalla que existen “graves carencias de vehículos en funcionamiento, combustible y personal capacitado, incluido personal sanitario femenino”.
Esta situación, asegura el organismo, está “limitando el acceso oportuno a la atención de nivel superior para los casos críticos”, lo que significa que muchos heridos graves no pueden llegar a los hospitales especializados a tiempo para salvar sus vidas.
Tras ser rescatado de los escombros por sus vecinos, Mohammad Abbas, un superviviente del distrito de Chawkay, tuvo que ser “cargado en una camilla durante dos horas porque las carreteras estaban completamente bloqueadas”, relató a EFE.
Su viaje continuó de un hospital local, que no pudo tratar su hemorragia interna, al hospital regional de Nangarhar.
En algunos casos, como el de una ambulancia de la organización Agencia de Asistencia y Desarrollo del Afganistán (AADA), los vehículos de emergencia han quedado atrapados por los desprendimientos de rocas causados por el seísmo y sus réplicas.



