Museo de papa en Boyacá encanta turistas con experiencia sensorial y más de 40 tipos del tubérculo
El biomuseo articula a comunidades rurales, científicos, universidades y chefs, creando un puente entre saberes de este producto colombiano.

Cultivo de papa. / John Howard
El Biomuseo de la Papa Nativa, ubicado en Ventaquemada, Boyacá, representa un referente nacional en la protección y valoración del patrimonio agrícola colombiano.
Cabe destacar que se trata del primer museo vivo del país dedicado a la papa, cuyo propósito es rescatar y conservar la enorme diversidad de variedades nativas que durante siglos han nutrido la cultura campesina y la seguridad alimentaria.
Por otra parte, en este espacio se han recuperado más de 60 tipos de papa, muchas de ellas en riesgo de desaparecer debido a la estandarización de los mercados.
Además de su función de conservación, el biomuseo articula a comunidades rurales, científicos, universidades y chefs, creando un puente entre saberes ancestrales y conocimiento académico.
Asimismo, por medio de técnicas como el cultivo in vitro y la secuenciación genética, se asegura que las variedades recuperadas estén libres de patógenos y con adecuada trazabilidad.
En paralelo, Colombia sigue siendo un país con gran riqueza papera, con más de 40 tipos estudiados desde la agronomía, genética, fitopatología y ciencia de los alimentos, lo que resalta su valor nutritivo y gastronómico.
¿Por qué se destaca la papa en Colombia?
Colombia es reconocida como uno de los territorios con mayor diversidad de papa en el mundo, con cerca de 2.900 variedades identificadas a lo largo de su geografía.
No obstante, actualmente se cultivan menos de 160, lo que refleja un reto en la conservación de este patrimonio agrícola. En departamentos como Boyacá y Nariño se han logrado rescatar alrededor de 40 variedades nativas, entre las que se cuentan la alcarrosa, la pacha negra, los chivos y la quincha, todas con un profundo valor cultural y gastronómico.
Estas papas destacan por su capacidad de adaptación a diferentes ecosistemas andinos y por su tolerancia a condiciones adversas, incluyendo la sequía. Algunos genotipos incluso alcanzan rendimientos superiores a 30 toneladas por hectárea, lo que evidencia su potencial productivo.
Del mismo modo, programas de mejoramiento han permitido desarrollar variedades como Criolla Dorada y Criolla Ocarina, con altos contenidos de zinc e hierro, así como otras con resistencia natural frente al tizón tardío y la sarna polvosa, enfermedades críticas en los cultivos.
Salud y sabor en la papa
La papa, como cultivo fundamental en la dieta de millones de colombianos, se enfrenta a múltiples retos fitosanitarios que amenazan su productividad y permanencia.
Entre las enfermedades más relevantes se encuentran el tizón tardío, causado por ‘Phytophthora infestans’, la sarna común y la marchitez bacteriana, patologías que históricamente han generado pérdidas significativas.
Sin embargo, investigaciones adelantadas por Agrosavia y la Universidad Nacional han permitido identificar genotipos con resistencia natural a estos agentes, ofreciendo alternativas sostenibles para el manejo de los cultivos y reduciendo la dependencia de agroquímicos.
Desde la perspectiva de la ciencia de los alimentos, las papas nativas destacan no solo por su capacidad de adaptación, sino también por sus cualidades nutricionales y organolépticas.
Sus tonalidades moradas, amarillas o rojizas reflejan la presencia de antioxidantes y compuestos bioactivos, mientras que su sabor intenso las convierte en productos de alto valor en la gastronomía nacional e internacional.
Finalmente, cabe resaltar que esta combinación de resistencia genética, calidad nutricional y diversidad sensorial subraya la necesidad de conservar la biodiversidad papera como patrimonio agrícola y recurso estratégico para la seguridad alimentaria del país.



