Reclusos y ex habitantes de calle se unen para embellecer a Santa Marta en sus 500 años
Estas personas buscaban, además, enviar un mensaje de reconciliación, orgullo ciudadano y oportunidades reales para todos y todas.

Santa Marta
En un hecho cargado de simbolismo y esperanza, 15 reclusos y 15 exhabitantes de calle, que un día fueron invisibles para muchos, salieron en las últimas horas a pintar los bordillos del corazón de Santa Marta. No solo embellecieron la ciudad en el marco de sus 500 años, también enviaron un mensaje: las segundas oportunidades son reales.
Con brochas en mano, pintaron de blanco y azul no solo el sardinel, sino también la posibilidad de reconciliación, inclusión y transformación social en una ciudad que empieza a sanar desde sus orillas más olvidadas.
La intervención fue sobre la carrera cuarta entre calles 22 y la 30, donde en un proceso de integración social se pintaron los bordillos del sardinel con los colores blanco y azul, representando una gran bandera viva de Santa Marta y dejando un mensaje de reconciliación, orgullo ciudadano y oportunidades reales para todos y todas.
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UNA INICIATIVA CONJUNTA
Este encuentro fue posible gracias al programa “Buena esa”, una estrategia de justicia restaurativa del INPEC que busca dignificar la vida de las personas privadas de la libertad mediante acciones comunitarias, arte y trabajo colectivo. En articulación con los procesos de atención social del Distrito, esta jornada también fue una muestra de cómo Santa Marta se convierte en una ciudad de oportunidades incluso para quienes han vivido en las sombras de la exclusión.
“Hoy hemos demostrado que en Santa Marta todos y todas podemos aportar a la construcción de una ciudad más humana, sin dejar a nadie atrás. Esta jornada representa mucho más que pintura sobre un sardinel: es la reafirmación de que el gobierno del alcalde Carlos Pinedo Cuello cree en las segundas oportunidades, en la dignidad y en el poder transformador del trabajo en comunidad”, afirmó Carlos Jaramillo Ríos, secretario de Desarrollo Económico y Competitividad.
Por su parte, el dragoneante del INPEC, Fredy Maldonado Rojas, quien acompañó toda la actividad, destacó que: “desde el programa ‘Buena esa’ buscamos que los internos contribuyan de forma positiva a la sociedad La ciudad gana cuando abrimos espacios como este”.
Por su parte, Mónica Vergara, una mujer privada de la libertad dijo que “aquí nadie nos juzga, aquí nos están dando una segunda oportunidad para sentirnos parte de la sociedad”.
Su historia, al igual que la de sus compañeros, se ha convertido en un símbolo de que los 500 años de Santa Marta también son una oportunidad para renacer.




