¿Qué podría suceder si Colombia deja la OTAN como propone Petro?, esto dice analista internacional

En una nueva y polémica declaración, el presidente Gustavo Petro aseguró que Colombia debería retirarse como socio global de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), argumentando razones relacionadas con el conflicto en Medio Oriente.

La propuesta ha generado inquietudes en diversos sectores, especialmente en las Fuerzas Militares y el Ministerio de Defensa, dado que el país mantiene un acuerdo de cooperación con esta organización desde 2017.

Para entender las implicaciones de esta decisión, Caracol Radio consultó a la analista internacional y doctora en Ciencia Política, Sandra Borda, quien ofreció una detallada evaluación sobre lo que representa la OTAN, el papel que cumple Colombia en esta alianza y los efectos que podría tener un eventual retiro.

¿Qué es la OTAN y cuál es el rol de Colombia?

La profesora Borda explicó que la OTAN es un sistema de seguridad colectiva creado después de la Segunda Guerra Mundial para contener amenazas militares, originalmente frente a la Unión Soviética, y que actualmente enfrenta desafíos como la guerra entre Rusia y Ucrania. Aunque Colombia no es miembro pleno, sí es un socio global, como lo son también países como Japón, Australia o Corea del Sur.

Este estatus no implica compromisos militares automáticos para Colombia, sino que permite una cooperación beneficiosa en áreas como la seguridad, la modernización de las Fuerzas Armadas, la lucha contra la corrupción dentro de las instituciones militares y la inclusión de temas como el papel de las mujeres en la paz.

¿Qué se perdería si Colombia abandona esta alianza?

Para Sandra Borda, lo que está en juego son los beneficios de una cooperación técnica y política que ha ayudado a profesionalizar la Fuerza Pública. “Parte del proceso de mejoramiento en las prácticas de transparencia y anticorrupción en el Ejército Nacional se ha logrado gracias a la cooperación con la OTAN”, señaló. También destacó avances en temas de género, derechos humanos y manejo de conflictos.

Además, alertó que retirarse de esta relación de manera improvisada ,sin un análisis técnico, sin alternativas claras ni diálogo con la Cancillería y el Ministerio de Defensa, podría deteriorar la imagen del país ante la comunidad internacional. “Hay un impacto que es importante tener en cuenta y es que se percibe una falta de seriedad”, afirmó la experta, al recordar que al inicio del actual gobierno se aseguró desde la embajada en Bruselas que no se romperían los lazos con la OTAN.

¿Una decisión política o ideológica?

La analista subraya que este tipo de anuncios, cuando no se traducen en política pública clara, pueden generar confusión. “Hoy el presidente dice que quiere salir de la OTAN, pero su embajador dijo hace menos de dos años que seguiríamos colaborando”, recordó. Para ella, esta contradicción refleja una política exterior “reactiva y sin continuidad”, algo delicado en un mundo donde la coherencia y el compromiso diplomático pesan tanto como los intereses nacionales.

En su opinión, más allá de una postura frente a los conflictos globales, el retiro de la OTAN debería sopesarse a partir de un análisis interno: “¿Conocemos todos los beneficios que hemos obtenido de esa alianza? ¿Tenemos un plan para reemplazar ese apoyo técnico y de seguridad?”, se preguntó Borda.