Psicólogos de Norte de Santander celebran acceso directo a salud mental
La nueva ley elimina la remisión médica y prioriza a poblaciones afectadas por el conflicto en el Catatumbo.
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Norte de Santander.
Con la entrada en vigencia de la Ley 2460 de 2025, los colombianos pueden acudir directamente al psicólogo sin necesidad de pasar por un médico general.
La norma reconoce la salud mental como un derecho fundamental, elimina barreras en el sistema y, según los psicólogos de Norte de Santander, representa un avance histórico para el país y una oportunidad urgente para esta región.
Uno de los que celebra esta decisión es Eduardo Andrés Torres, director del Programa Académico de Psicología de la Universidad Simón Bolívar de Cúcuta, quien destacó que esta ley “reconoce la importancia de la salud mental como un derecho fundamental que debe ser garantizado también de una forma integral”.
Desde su perspectiva, el nuevo marco legal fue construido desde un enfoque de derechos humanos, equidad territorial y diversidad cultural, lo que permite respuestas más ajustadas a territorios como Norte de Santander.
Torres subrayó que la ley permite la creación de redes territoriales y fomenta la participación comunitaria, aspectos claves en contextos como el del departamento, donde persisten múltiples factores de vulnerabilidad.
“En nuestra región sabemos que hay condiciones sociales asociadas a la migración, al conflicto armado. Eso exige respuestas diferenciales y más pertinentes, ajustadas a nuestro contexto. Y eso es precisamente lo que promueve esta ley”, afirmó.
Uno de los enfoques más importantes es la atención prioritaria a víctimas del conflicto armado, personas privadas de la libertad y la comunidad LGBTIQ+.
“En el caso de las víctimas, se habla de un modelo de rehabilitación psicosocial con un enfoque diferencial, especialmente en regiones como el Catatumbo, que son fundamentales de intervenir y atender”, puntualizó el psicólogo.
La norma también busca combatir el estigma hacia la comunidad LGBTIQ+ y promueve entornos protectores, educación emocional desde la infancia y campañas de prevención.
Además, obliga a colegios, universidades y empresas a implementar programas de bienestar emocional, lo que también tendrá impacto en una región como Norte de Santander, donde los problemas de salud mental están cruzados por el desempleo, la violencia intrafamiliar y el consumo de drogas.
