Madre de la niña Ángela Lucía Sánchez rechaza libertad del condenado por su muerte
Dice que la justicia dejó en libertad a Wilmar Fabián Macías pese a pruebas determinantes y que la Fiscalía debe retomar testimonios clave

Ángela Tristancho no acepta que el condenado haya sido declarado inocente. Imagen | Caracol Radio
Nobsa
La muerte de la niña Ángela Lucía Sánchez tomó un nuevo rumbo con la decisión de una magistrada del Tribunal de Santa Rosa de Viterbo, de dejar en libertad a Wilmar Fabián Macías, a quien se había condenado por este crimen, a 33 años de cárcel, pena que cumplía desde noviembre del 2022. La mamá de la menor, Ángela Tristancho, publicó en sus redes sociales, la indignación y el dolor que le causó esta decisión.
Según su publicación, en primera instancia la condena fue sustentada con pruebas de peso presentadas por la Fiscalía, lo que llevó al juez a dictar una sentencia de más de 30 años de prisión y a ordenar que se profundizara la investigación por posibles implicados. Sin embargo, tras la apelación de la defensa, la condena fue ratificada inicialmente, pero posteriormente en segunda instancia se le otorgó la libertad, al considerar que no había pruebas suficientes que lo situaran en la escena del crimen.
Y eso es lo que cuestiona la señora Tristancho, expresando: «como si la sangre de mi hija encontrada en la chaqueta perteneciente a Wilmar, que estaba en su casa, se tratara de una casualidad».
También recordó un testimonio que para ella es determinante. Relató que días después de la muerte de su hija en el 2017, se reunió con los padres del hasta ahora condenado y que fue el padre, Rigoberto Macías, quien le dijo que su hijo había mencionado al respecto: «yo no fui; estaba ahí cuando mataron a la niña, pero había otros dos; uno de ellos fue el que la mató y otro estaba fuera de la casa; pero no puedo hacerlo saber porque otra persona me citó y me amenazó en el sitio llamado El Transformador de las Caleras en Nobsa». Aunque el señor Macías le reveló los nombres de las otras personas en esa conversación, la mamá de la víctima prefirió no hacerlos públicos.
Ese testimonio, asegura, debió haber sido investigado como lo ordenó el juez que dictó la condena inicial. «Ya correspondía a la Fiscalía seguir investigando si este testimonio era cierto o si Wilmar estaba cubriendo su delito, incriminando a otras personas», escribió la madre.
Considera que la magistrada que otorgó la libertad tomó una decisión «a las carreras, sin saber el trasfondo de lo sucedido» y se pregunta: «¿por qué se le debe dar libertad a alguien que es culpable o que tiene la verdad?».
En su mensaje también criticó el actuar de las abogadas defensoras: «me pregunto si no serán madres, tías, vecinas o simplemente no tienen humanidad: al buscar protagonismo con populismo barato». Añadió que el asesinato de su hija, quien fue atacada con 14 puñaladas mientras dormía, no puede quedar en la impunidad.
Ahora su propósito es interponer un recurso de casación, aunque admite que el proceso es complejo. «Espero en la Defensoría del Pueblo encontrar un excelente abogado que defienda los derechos de mi hija y más aún el de los niños y niñas que pudiesen también ser víctimas de un homicida que queda injustamente en libertad».
Cerró su publicación expresando su frustración por el esfuerzo que, según ella, queda sin valor: «me indigna que todo el trabajo investigativo de la Fiscalía, jueces, policías, médicos forenses, psicólogos forenses, investigadores, etc., etc., quede en la basura. Y lo peor, que ante esta libertad del homicida, el Estado deba pagarle indemnización, pasando de victimario a víctima».
Concluye diciendo: «ya he soportado la prueba más dura que una madre puede pasar perdiendo a mi hija de esa manera; que lo demás que me pueda pasar poco me interesa. Solo quiero que se haga justicia, que el crimen de mi hija no quede en la impunidad. Vuelvo y digo: “Mientras los muertos no sean tus muertos, no entenderás la dimensión de lo que pasa”».



