¿Es necesario sacrificar animales para controlar su población?: biólogos analizan el dilema moral
En el 2023, tan solo en Estados Unidos, se sacrificaron 1.454.324 de animales

El debate de la vida y la muerte siempre ha sido bastante delicado y sensible para los seres humanos, pues los dilemas morales que implica el ser consciente de nuestra existencia y a su vez de la fragilidad, carga de una noción compleja, el hecho de quitar una vida a otro ser. Sin embargo, tampoco se puede ignorar el factor esencial de la cadena alimenticia, “comer o ser comido”, y para bien o para mal, el origen del hombre no deja de ser animal.
Más enredado aún, llega a ser el dilema de sacrificar o matar un animal con un propósito “noble” o científico. Por ejemplo, en varias ocasiones, especies invasoras son desplazadas de su habitad, ya sea por razones ambientales o la invasión humana, por lo que se ven obligadas a migrar y adaptarse a nuevos ecosistemas. Esto representa un problema para la fauna nativa del lugar, pues la especie migrante suele resultar invasiva y destructiva para ellos. De igual forma, suele suceder que una especie esté sobrepoblando el lugar y abusando de las otras.
En estos casos, los expertos recomiendan, organizan grupos que se encarguen cazara estos animales para controlar su reproducción y así disminuir su población. En 2023, Departamento de Servicios de Vida Silvestre de los Estados Unidos, reportó la baja de 1.454.324 de animales. Algunos de ellos fueron:
- Castores: 24.603 (que causan inundaciones)
- Cormoranes de doble cresta: 18.916 (Afectan la pesca)
- Coyotes: 68.562 (por cazar animales de granja)
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¿Por qué matamos a unos animales y a otros no?
Un estudio realizado por Amy McDermott, reportera y bióloga estadounidense, y publicado por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), busca responder esta pregunta escuchando argumentos de ambas partes.
Uno de los biólogos entrevistados, Wiens, aclaró que lo más importante es el contexto de la situación. “Por ejemplo, el búho barrado es nativo de Norte América, pero se ha expandido junto con la migración humana” ¿son entonces ellos invasivos?, él cree que la cuestión es ética, pues “una cosa es matar especies invasivas y otra matar depredadores nativos, como el lobo o el puma, que benefician a los granjeros de la zona”.
Siguiendo la idea, explicó que las personas suelen estar más dadas a aceptar la caza de animales exóticos e invasivos como el pez león, que a depredadores naturales como el lobo.
El origen histórico de la práctica
Para poder tener una visión más amplia y completa sobre el sacrificio de animales, McDermott, recorrió los caminos históricos hasta llegar a su origen. Según los archivos, en el siglo XIX, los colonos cazaban en masa, siervos, bisontes, alces, etc, tanto con propósitos recreativos como de alimento. Esto desabasteció las llanuras y obligó a los depredadores (osos, lobos, coyotes y pumas) a acudir a las granjas en busca de ganado, pues era la única presa libre disponible.
La respuesta del Gobierno fue crear un “programa estatal de eliminación de fauna”, el cual hoy sigue vigente bajo el nombre de "Wildlife Services“.
¿Hay evidencia de que la caza de especies funciona para controlar su población?:
En primer lugar, la autora manifestó que no existe ningún consenso científico que avale esta práctica como efectiva; sin embargo, hay estudios que desnutran que sí funciona, así como otros varios que asegura es una actividad innecesaria y dañina
Por su parte Wines expresó que cada día son más las especies invasoras, por lo que la necesidad de controlar las poblaciones es cada día más alta, sin embargo, especula que con la nueva tendencia social a “proteger la vida animal” la práctica podría decaer y dejar en incertidumbre el futuro de varios ecosistemas.