En el Catatumbo claman por reactivación del programa Jóvenes en Paz
Beneficiarios denuncian la suspensión repentina del proceso.

Jóvenes en Paz. / Foto: Referencia.
Catatumbo.
Preocupación, incertidumbre y tristeza es lo que sienten decenas de jóvenes del Catatumbo tras la sorpresiva suspensión del programa Jóvenes en Paz, una iniciativa que había comenzado a transformar sus vidas en medio de contextos marcados por la falta de oportunidades.
En Sardinata, donde se formó el primer grupo de beneficiarios, los 60 jóvenes que hacían parte del proceso llevan más de dos semanas sin clases, sin orientación y sin recibir el subsidio prometido.
Muchos de ellos aseguran que no se trata solo de un apoyo económico, sino de una herramienta real para construir un futuro distinto.
“Este programa fue la primera vez que sentí que alguien creía en mí. No solo me ayudaron a retomar mis estudios, también me motivaron a soñar, a creer que puedo ser alguien”, dijo Fransuat Durán, joven venezolana beneficiaria del programa.
Según ella, el equipo de trabajo que los acompañaba —formado por docentes, psicólogos y gestores— fue clave en su proceso.
“Nos ayudaron a entrar en diplomados, a validar la primaria, a proyectarnos. A mí me guiaron porque quiero estudiar enfermería. Nos dieron herramientas y acompañamiento emocional. Ahora nos frenaron todo, sin explicaciones claras. Solo sabemos que hubo un cambio de operador y que al parecer van a cambiar al equipo que estuvo con nosotros desde el inicio”, explicó.
Los beneficiarios del Catatumbo no han recibido una respuesta oficial sobre cuándo se reactivará el programa.
Lo único que conocen es que se detuvo por decisiones administrativas tomadas desde el nivel central.
Esta situación ha generado un sentimiento de abandono entre los jóvenes, quienes, en su mayoría, provienen de zonas vulnerables donde acceder a la educación o al empleo ha sido históricamente difícil.
“No queremos que nos quiten este proceso. Pedimos al Gobierno nacional y al Ministerio de Igualdad que nos escuchen. Esto no es solo un pago mensual, es una oportunidad de vida. Cambió nuestra manera de ver el futuro. Y también pedimos que no cambien al equipo humano que estuvo desde el inicio, porque ellos trabajaron con nosotros incluso sin recibir sueldo, y siempre estuvieron al pie del cañón”, expresó Fransuat.
Los jóvenes del Catatumbo insisten en que necesitan con urgencia que el programa se reactive.
Temen que la suspensión se vuelva indefinida y se pierda el impulso que ya habían logrado. “Nos tenían motivados, nos organizamos, soñamos, ahora no queremos quedarnos en el aire”, concluyeron.